Nuevo brote en Alemania. Esta vez ha ocurrido en Gotinga, una ciudad situada en el centro del país y 700 personas han tenido que ser puestas en cuarentena tras ser verificado por las autoridades sanitarias unos 100 contagios en un bloque de viviendas de esta urbe.

Debido a la alta probabilidad de infección por contacto directo entre los vecinos, se ha adoptado esta medida con el objetivo de evitar la propagación del coronavirus. En la última semana, la ciudad ha registrado 44,86 contagios por cada 100.000 habitantes y roza el tope de 50 a partir del cual se considera que deben tomarse precauciones especiales.

En la misma ciudad de Gotinga ya se produjo otro brote que afectó a un bloque habitado en su mayoría por ciudadanos de orígen árabe. Ello levantó un movimiento xenóbofo entre grupos de derechas, puesto que culpaban de los contagios a un comportamiento provocativo e ignorante de estas personas.

Otros brotes: Berlín y una empresa cárnica

Esta misma semana también se ha dado a conocer que 370 hogares de siete bloques del distrito berlinés de Neukölln tuvieron que ser aislados. Asimismo, ayer se hizo público el brote surgido en una planta cárnica de la empresa Tönnies. 657 personas dieron positivo y hasta 7.000 personas han sido puestas en cuarentena tras haber trabajado en la compañía en los últimos tiempos.

En este último caso, se da la circunstancia que muchos de sus empleados proceden de diversos países del este de Europa. Se encuentran alojados en pabellones que dispone la propia firma en condiciones de hacinamiento publicadas por parte de los medios de comunicación alemanes.

La desescalada, en duda

Son muchas las voces que comienzan a criticar la estrategia llevada a cabo por las autoridades para iniciar la desescalada. Debido a ello, Angela Merkel, canciller alemana, ha tratado de consensuar con las regiones un frente común de actuación, aunque la última palabra la tiene cada territorio.