La hidroxicloroquina era la gran apuesta de Donald Trump en la lucha contra el coronavirus para Estados Unidos. El presidente del país incluso afirmó que él mismo la tomaba de manera preventiva por si acaso contraía la COVID-19. Pues bien, ahora la Administración sobre Alimentación y Medicamentos de EE UU (FDA) suspende la autorización de emergencia emitida para el uso de este medicamento, un palúdico muy controvertido.

"Ya no es razonable creer que esta fórmula sea efectiva en el tratamiento de la covid-19", dijo Denise Hinton, de la FDA, que emitió un comunicado que hablaba de los riesgos de este medicamento tras hacer un ensayo no satisfactorio: "A la vista de los graves accidentes cardiacos y de los demás efectos colaterales graves, los beneficios conocidos y potenciales de la cloroquina y de la hidroxicloroquina no superan a los riesgos conocidos y potenciales de su uso autorizado".

Las voces médicas como Anand Shah, comisionado médico de la FDA, tienen la última palabra en el país norteamericano: "Nuestras acciones se guiarían por la ciencia y esas decisiones evolucionarían a medida que supiéramos más sobre el virus. Enfrentamos riesgos y beneficios a medida que tenemos más datos".

Un medicamento controvertido

La hidroxicloroquina, que se usa contra la malaria y la artritis reumatoide, es un potente compuesto que siempre ha estado presente desde los inicios de la pandemia. Al comienzo, por el mes de marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la incluyó en su gran ensayo, luego la frenó y después la relanzó. Francia, por ejemplo, prohibió su uso. También el ensayo del español Oriol Mitjá concluyó que no era efectiva.

Ahora sucede esta situación en Estados Unidos. "¿Qué tienes que perder?, Yo la uso y sigo aquí", dijo Donald Trump. Sin embargo, en su país se suspende.