Así sería el desconfinamiento ideal según un estudio
Investigadores de la Universidad de Oxford y el Centro de Hidrología y Geología de Reino Unido concluyen a través de un modelo matemático que debe ser gradual.
La peor de la pandemia ya ha pasado en la mayor parte de Europa, que lleva semanas inmersa en el desconfinamiento de sus poblaciones. Cada país tiene sus propios métodos y un estudio (puede leerse completo aquí) realizado a caballo entre el Departamento de Zoología de la Universidad de Oxford y el Centro de Ecología e Hidrología de Reino Unido pretende establecer cuál es el más seguro.
Thomas Rawson, Tom Brewer, Dessislava Veltcheva, Chris Huntingford y Michael B. Bonsall, los autores del trabajo, establecen un modelo matemático que testa la eficacia de dos variantes: una en la que la población se desconfina simultáneamente y otra gradual. El modelo mezcla métodos de optimización matemáticos con un SEIR, siglas en inglés de Exposición Susceptible de Recuperación de una Infección.
Conclusión: hay que desconfinar a la población de forma paulatina y en unas cantidades que no supongan un riesgo de saturación de los sistemas sanitarios en caso de rebrote. ¿Cuáles son esas cantidades? Lo ideal según los resultados que arroja el estudio sería liberar aproximadamente a la mitad de la población entre dos y cuatro semanas después del primer pico de contagios.
A partir de entonces, habría que esperar entre 3 y 4 meses para desconfinar al resto de habitantes de un país. El objetivo con ese lapso de tiempo sería dar tiempo a que se desarrollase un posible segundo pico. Si este llegáse, el número de infectados no sería lo suficientemente grande como para colapsar los hospitales.
Vigilar las tasas de transmisión y recuperación
Aunque el desconfinamiento gradual también entraña riesgos, el estudio apunta a que el peor escenario posible que podría darse con ese método siempre sería más manejable que la peor situación imaginable en un modelo simultáneo. En ambos casos los investigadores sugieren que hay dos valores a tener muy en cuenta. Son las tasas de transmisión y recuperación. La primera cuantifica el número de personas a las que puede contagiar cada infectado; la segunda, a la cantidad de personas contagiadas en un día concreto que acaban recuperándose.