Una imagen insólita pudo verse a través de las cámaras de seguridad de la cárcel de Castaic, al norte de Los Ángeles (California). En el vídeo difundido por las autoridades, un grupo numeroso de reclusos comparten mascarilla y beben agua caliente (para intentar aumentar su temperatura) del mismo vaso desechable en una sala del penal completamente abarrotada.

Todo ello bajo la falsa creencia de que serían excarcelados en el caso de contagiarse de coronavirus. Así lo indicó el sheriff del condado, explicando a AFP que "al menos 21 prisioneros han dado positivo por COVID-19 en el módulo de la prisión donde se grabó el vídeo. Se han disparado los casos de la noche a la mañana". Hay que tener en cuenta que más de 4.500 presos (el 40% de la población de reclusos del condado) se encuentran en cuarentena como medida preventiva para evitar un brote de coronavirus y 347 han dado positivo, pero tras ver las imágenes se abrió una investigación sobre lo sucedido en Castaic.

Sin embargo esta estrategia no tendrá la recompensa planeada. El propio sheriff indicó que "poseemos la capacidad de ofrecer cuidados médicos a todos los presos, no importa su estado, y si tienen COVID-19 tenemos la posibilidad de aislarlos, ponerlos en cuarentena y bajo cuidado médico. Así que van a permanecer encerrados. Y ese plan que tenían no va a conseguir su salida de prisión. Es triste pensar que alguien se exponga voluntariamente al coronavirus. Tenían la falsa creencia de que por contagiarse tenemos la obligación de liberarlos. Pero no es así como funciona”.