Alemania avanza en su desescalada con el temor de que los contagios por coronavirus vuelvan a repuntar. Desde este lunes, el país centroeuropeo ha entrado en una nueva fase en la que se permite la reapertura de escuelas o comercios de más de 800 metros cuadrados. Pero al mismo tiempo, las cifras de nuevos casos preocupan en el país germano. Después de varios días por debajo de los 1.000 positivos, se han registrado tres días seguidos más de 1.200 casos. En las últimas 48 horas, eso sí, la cifra ha vuelto a bajar hasta los 667 este domingo y a 357 este lunes. En total, Alemania contabiliza 169.575 personas que se han contagiado por la COVID-19.

Estos datos han propiciado que el factor de reproducción de la enfermedad (R) vuelva a subir por encima de 1 (el número R indica a cuántas personas contagia una persona que está infectada). El portavoz del Ministerio de Sanidad, Hanno Kautz, negó que esto haya sucedido porque la situación se haya descontrolado. “El factor R ya había subido antes”, advirtió, y añadió que no guarda relación con la nueva fase de desescalada que ha iniciado Alemania.

Protestas por la amenaza de restricciones

El Gobierno alemán ya ha advertido que volverán las restricciones de movilidad, circulación de personas y apertura de los negocios si en un land (Alemania está dividida en 16 Estados federados) se producen 50 contagios por cada 100.000 habitantes en una semana. Esta medida no ha gustado entre parte de la población alemana, que se ha manifestado contra estas medidas en diversas partes del país durante el fin de semana, lo que ha alimentado la preocupación de las autoridades sanitarias y políticas, que temen un nuevo rebrote.

En este sentido, la canciller Angela Merkel ha pedido este lunes a la ciudadanía que guarden la distancia social y porten mascarillas cuando no sea posible guardar ese espacio de seguridad. “Es muy importante que aunque estemos en una nueva fase de la pandemia, hay que cumplir las reglas básicas de mantener la distancia, usar mascarilla y mostrar consideración mutua”, ha indicado.

Merkel acordó la semana pasada con los presidentes de los länder que serían éstos últimos los que decidirían a partir de ahora las nuevas medidas de desescalada que establecen en sus estados, debido a que en cada uno de ellos la incidencia de la pandemia del coronavirus ha sido distinta. Sin embargo, se definió que se actuaría si los contagios vuelven a subir, algo que en el país germano temen viendo los últimos datos ofrecidos.