Continúan las acusaciones norteamericanas hacia China. Según un informe de cuatro páginas del Departamento de Seguridad Nacional norteamericano obtenido por Associated Press, los líderes chinos "ocultaron intencionadamente" la gravedad de la pandemia a principios del mes de enero.

El objetivo, según los funcionarios estadounidenses, se debía principalmente a la necesidad de abastecerse de los suministros médicos necesarios para responder ante la enfermedad, aumentando las importaciones y disminuyendo las exportaciones de los mismos.

Además, según el documento de los servicios de inteligencia estadounidenses, China intentó encubrirlo "negando que hubiera restricciones a la exportación y retrasando la provisión de sus datos comerciales" y cifra en un 95% la probabilidad de que este comportamiento no estuviera en si forma habitual de proceder.

En dicho informe, se asegura también que China se retrasó a la hora de informar a la Organización Mundial de la Salud (OMS) de que el coronavirus "fue un contagio" durante gran parte del mes de enero. El objetivo de ello era poder importar suministros médicos del extranjero, y por ello, sus cantidades de máscaras, batas quirúrgicas o guantes aumentaron deliberadamente.

Pompeo también duda

Precisamente hoy, Mike Pompeo, Secretario de Estado de Estado norteamericano, ha asegurado en la cadena ABC que hay "una enorme cantidad de pruebas" del origen del virus en un laboratorio de Wuhan. De este modo, la mano derecha de Donald Trump, ha alimentado la teoría de la conspiración contra el gigante asiático.