Después de 42 días en funcionamiento, ayer cerró uno de los símbolos emblemáticos del azote de la pandemia del coronavirus en España: el hospital temporal de Ifema. Un macrohospital de campaña montado a contrarreloj con la colaboración del Ejército y unos 1.800 voluntarios. El cierre no supone el desmantelamiento, ya que la infraestructura se mantendrá instalada por si fuera necesario volver a abrirlo en un rebrote.

La clausura se certificó con un acto oficial convocado por la Comunidad de Madrid y un discurso institucional de la presidenta, Isabel Díaz Ayuso. El acto será investigado por la Delegación del Gobierno en Madrid ya que, en diferentes momentos, se produjeron aglomeraciones que vulneraban el estado de alarma. La oposición denunció que la Comunidad de Madrid invitó a todos los diputados de la Asamblea Regional, 132.

Desde los primeros ingresos, el 21 de marzo, por Ifema han pasado casi 4.000 pacientes, un 12% de los enfermos por COVID-19 que han atendido los hospitales de la Comunidad de Madrid. El 99,1% fueron dados de alta y 17 personas han fallecido. La inversión en el hospital ha superado los 18,7 millones de euros. Se proyectó para albergar un máximo de 5.550 camas, 500 de ellas de UCI, pero finalmente sólo se habilitaron 1.300 camas y 16 de cuidados intensivos.

Han trabajado un total 1.207 profesionales, la mayoría procedentes del servicio de atención primaria: 320 médicos, 382 enfermeras, 250 auxiliares de enfermería, 167 celadores, 4 técnicos de rayos, 6 técnicos de laboratorio, 12 psicólogos, 20 técnicos de farmacia, 12 farmacéuticos, 8 supervisores, 4 trabajadores sociales y 22 auxiliares administrativos. A ellos hay que sumar, entre otros, los 150 empleados que ha llegado a alcanzar el equipo de la empresa de catering que trabaja habitualmente en Ifema, que ha ofrecido más de 176.000 comidas y ha preparado allí otras 84.000 raciones para otros centros.

El hospital ha usado los pabellones 5, 7, 9 y 10 de Ifema, que supone el 39% de la superficie de los pabellones. El pabellón 5 (10.800 m²) recibió provisionalmente a los primeros pacientes mientras se acondicionaban el 7 (16.200 m²) y el 9 (21.600 m²), que han sido los utilizados posteriormente con 550 y 750 camas, respectivamente. El pabellón 7 se cerró el 17 abril. El pabellón 10 (21.600 m²) se ha utilizado como almacén y zona de vestuario y descanso para los profesionales.