Pese a que la OMS lo desaprueba por su potencial para generar divisiones y una sociedad de dos niveles en tiempos del coronavirus, el carné de inmunidad, en diferentes versiones, ya está presente en el debate sobre el desconfinamiento de países como Chile o Estados Unidos y de una comunidad autónoma española, Cataluña. 

En un anexo del plan para una relajación por fases de las medidas de aislamiento elaborado por Oriol Mitjá y Joel López figura esta especie de salvoconducto que se entregaría a quienes ya hayan desarrollado anticuerpos contra la enfermedad, pese a que no está probado aún que eso sea equivalente a inmunidad contra el patógeno. Se entregaría en formato electrónico y físico. Mertitxell Budó, consejera de Presidencia del Govern catalán, enfrió esta semana esa posibilidad y aseguró que "aún no se ha decidido" nada sobre su implantación. 

Hasta ahora donde más decididamente se ha apostado por esta figura es en Chile. En el caso del país sudamericano el ministro de Salud, Jaime Mañalich, afirmó que se entregaría a quienes hayan superado los 14 días que tarda en desarrollarse la enfermedad según los expertos que asesoran al Gobierno chileno y a aquellos que presenten "anticuerpos confiables" detectados "con exámenes confiables". "Estas personas quedarán liberadas de todo tipo cuarentenas o restricción porque ellas pueden ayudar enormemente a la enfermedad".

Otros países que han mencionado en algún momento esta opción dentro de sus planes de salida de la cuarentena son Estados Unidos, Alemania o Reino Unido. Allá donde se ha propuesto ha suscitado polémica por la fragilidad de la base científica sobre la que se sustenta.