Coronavirus

Coronavirus: ¿cómo han cambiado las vibraciones de la tierra debido a la cuarentena?

La menor actividad diaria de las personas provocada por el estado de alarma ha hecho que se reduzca drásticamente el ruido ambiental en el planeta.

Coronavirus: ¿cómo han cambiado las vibraciones de la tierra debido a la cuarentena?
Kiko Huesca EFE

La pandemia del coronavirus y el estado de alarma han cambiado la vida diaria de los ciudadanos tal y como la conocíamos hasta el momento. En ningún momento se pensaba que ya íbamos a ir por la sexta semana de confinamiento. Esto ha provocado múltiples cambios, algunos de ellos inesperados.

Como se ha recalcado estos días, esta inactividad ha traído múltiples beneficios para el medio ambiente, lo que ha provocado una disminución significativa del ruido sísmico ambiental, es decir, las vibraciones de la tierra causadas por la actividad humana. Este ruido habitualmente se genera por la utilización de coches, autobuses y trenes, por el funcionamiento de las industrias o por la actividad cotidiana de las personas. El hecho de que el 57% de la población mundial esté actualmente confinada según la revista Geo, ha conllevado esta reducción drástica del ruido que existe en nuestro planeta.

Caída del 60% en Barcelona

El sismólogo Jordi Díaz, del Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera, explica en El País que en Barcelona se ha detectado una caída del 60% del ruido sísmico ambiental. Gracias a ello, los científicos han podido localizar en las últimas semanas las actividades sísmicas más pequeñas del planeta, que habitualmente no se puede hacer debido al ruido que existe en todo el mundo.

La misma situación se ha vivido en Bélgica. Como detalla la revista científica Nature, las medidas de confinamiento han volteado por completo el ruido sísmico. Como se ve en el gráfico, en Bruselas se produjo un descenso pronunciado de las vibraciones cuando se empezaron a tomar medidas como el cierre de los colegios y los restaurantes. Habitualmente las estaciones de medición están ubicadas en áreas remotas con un nivel muy bajo de ruido para precisar al máximo posible las vibraciones que se producen en la Tierra.

 

En este sentido, explican los investigadores que esta es una gran oportunidad para estudiar con precisión las actividades volcánicas o para divisar mejor la ubicación de las réplicas de los terremotos. Sin embargo, advierten de que está situación no provocará una disminución del número de terremotos.