Por qué Madrid no quiere que los niños salgan a la calle
Su condición de foco de transmisión con escasa sintomatología aconseja mucha prudencia a la hora de devolver cierta normalidad a sus vidas.
Los niños tienen que empezar a pisar la calle ya. Es uno de los mantras más repetidos en los últimos días. Pero hay muchos expertos y autoridades que no se ciñen a la consigna. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, no deja de repetir que hay que ser muy cautelosos en este tema y los epidemiólogos de la Dirección General de Salud Pública de la Comunidad de Madrid, la región más castigada por el patógeno, desaconsejan la relajación de las medidas de confinamiento para menores.
Citados por Europa Press, argumentan principalmente un motivo: el riesgo que conllevan en tanto que focos de transmisión de la enfermedad. ¿Por qué? Porque suelen ser asintomáticos y pueden contagiar a un elevado número de personas sin que nadie se de cuenta de que están infectados por el coronavirus. Aseguran que el control de este grupo poblacional en una epidemia de estas características es "muy importante". Entre otras cosas, para salvaguardar la salud de otras franjas de edad, sobre todo la de los ancianos, que sí se ven severamente afectados por la COVID-19.
Negarles cierta libertad, admiten, puede llevar al tremendismo y dar la sensación de actitud "muy dura", pero no hay que perder de vista la prudencia en la flexibilización de la cuarentena ya no solo para ellos, sino para cualquier grupo poblacional. Y es que, afirman, el riesgo "cero" no existe y dicha flexibilización debería atender a criterios técnicos, con unas cifras que la justifiquen, pues "la vuelta atrás sería muy complicada" en caso de error.