La ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, compareció en rueda de Prensa telemática desde la Moncloa después de reunirse, también telepáticamente, con los secretarios de Educación de todas las comunidades autónomas para fijar cómo resolver el curso educativo ante la crisis del coronavirus. La decisión ha sido la de promocionar de forma general a todos los alumnos de infantil, primaria, secundaria y primero de bachillerato (salvo casos excepcionales) y que consejos docentes formados por el profesorado decidan qué alumnos aprueban segundo de bachillerato y pueden hacer la selectividad. Junto a Celaá comparecieron el secretario de Estado de Educación, Alejandro Tiana, y la secretaria general de Formación Profesional, Clara Sanz.

“La crisis del coronavirus en ningún caso no puede supone la pérdida del curso académico. La propuesta del ministerio ha recibido el apoyo de casi todas las comunidades, hemos recogido algunas iniciativas que se incorporarán a la propuesta de acuerdo. Hasta el día de mañana puedan adherirse todas las comunidades autónomas, esperamos que lo hagan. Se mantiene la duración del curso escolar, y siguen los aprendizajes adaptados a las circunstancias. No se alarga más allá de junio, a excepción de la EBAU (selectividad)”, arrancó Celaá, que especificó que se podrán disponer clases en verano para refuerzo, pero que no formarán parte del periodo lectivo: “Queremos hacer un gran movimiento orientado a los alumnos más vulnerables en verano. El programa está sin desarrollar. Es otra actividad. El personal no sería el que suele dar las clases, salvo si así lo deseasen”.

“Se flexibilizará el currículo. Hay que centrarse en los aprendizajes imprescindibles. Y se adaptará la evaluación. La repetición es la excepción, ahora con más motivo. Será muy excepcional, debe estar muy bien argumentada”, apuntó Celaá. “Nada impide que en el tercer trimestre un alumno que no haya recibido buenas notas en el primer y en el segundo trimestre pueda hacer pruebas; la idea es la promoción general. Y el curso 2020-21 deberá incluir refuerzos educativos que no se hayan podido impartir en el curso presente. Las asignaturas suspensas de los dos primeros trimestres se pueden recuperar durante este tercer trimestre y también durante el curso siguiente”, confirmó la ministra. 

“Todo lo que no pueda ser trabajado este curso, lo será el siguiente. La EBAU sustancia todo lo aprendido y abre la puerta de la universidad. Serán los equipos docentes, que conocen los rasgos de cada alumno, quienes calificarán si está para pasar de curso o acceder a la EBAU, o si es más ventajoso que repita el curso. Lo justo es que la promoción sea la norma general, y que la repetición sea la excepción”, comentó sobre las asignaturas suspensas, si se recuperarían o no.

“Tenemos un currículo amplísimo, hay que trabajar en aprendizajes esenciales. Competencias, más que contenidos. Se esperó hasta el final de la prolongación del estado de alarma para tomar esta decisión, pues no sabíamos cuál sería el escenario”, explicó la ministra sobre la tardanza en tomar esta decisión. Además, Celaá huyó del concepto “aprobado general”, por considerarlo injusto.

Sobre si la EBAU no pudiese tener lugar en caso de que la epidemia de coronavirus continúe para entonces, Celaá dijo: “No hemos considerado un Plan B, pero si viéramos que no hay opción para hacer las pruebas presenciales en la primera semana de julio, se arbitraría otro procedimiento”. Confirmó que sólo entraría en la EBAU la materia que se haya trabajado en clase. También dijo que la intención sería de que se puedan abrir los centros 15 días antes del final del curso 2019-20, pero que no se puede garantizar de momento.