CORONAVIRUS

El PP circunscribe la posibilidad de unos pactos de Estado al ámbito del Congreso

Los populares y VOX, centraron la sesión de control en culpar al Gobierno de las cifras de la epidemia, de las peores del mundo. Casado no confirmó su asistencia a la reunión con Sánchez a la que estaba invitado el jueves.

Sesión control Gobierno congreso coronavirus 2020
Ballesteros EFE

Sin confirmar ni negar su asistencia a la reunión que debería mantener mañana con Pedro Sánchez en el inicio de la ronda de contactos para confeccionar unos pactos de Estado frente a la crisis del coronavirus, Pablo Casado pareció desmarcarse de esa aspiración este miércoles en la primera sesión de control al Gobierno celebrada en el Congreso desde la declaración del estado de alarma. Al menos en tanto que circunscribió dichos acuerdos al ámbito de la cámara baja, donde, dijo, hay "luz y taquígrafos".

Tanto el PP como los ultraderechistas de VOX centraron su actuación en culpar al Gobierno de las cifras de la epidemia en España, entre las peores del mundo con 177.663 contagios diagnosticados y 18.579 muertos este miércoles. "España ya es el primer país del mundo con más fallecidos por habitante y el país con más sanitarios contagiados del mundo por su nefasta política de compras", espetó Casado en su primera pregunta, amén de otras cifras macroeconómicas. "Por una vez sea humilde, póngase corbata negra como cuando quiso homenajear a las víctimas de la discoteca Bataclán (afectada por los atentados de París en 2015) y díganos cómo va a afrontar esta crisis".

"Los fallecidos por la Covid-19 los siento como propios y tendrán su reconocimiento una vez sea la victoria total", respondió el presidente antes de sacar pecho por su gestión de la situación, exponiendo un descenso del 35% al 3% en los contagios diarios para justificar que las medidas tomadas "están funcionando". La tónica estaba marcada y durante las cerca de tres horas que duró la sesión los miembros del ejecutivo trataron de poner la otra mejilla ante el bombardeo de la oposición. 

Siguió Casado quejándose de los insultos vertidos hacia él, "inútil, indigno, irresponsable, incompetente, indecente, desleal". Parecidos a los que dirigiría después su compañero José Ignacio Echániz a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y a los que ha dedicado su partido a lo largo de la crisis a los responsables gubernamentales. El líder de los populares no aludió explícitamente a la reunión de este jueves con Pedro Sánchez, pero sí dijo que de él "ya no se fía nadie, ni sus propios compañeros", y le achacó presentarse como el máximo representante de los españoles en lugar del rey Felipe VI, así como no defenderle de un supuesto "ataque" de Pablo Iglesias, que el martes publicó en su cuenta de twitter un hilo ensalzando los valores republicanos. 

Ante la diatriba, Sánchez solicitó al líder de la oposición "otra forma de hacer política" y se reiteró en su petición de unos pactos de Estado al estilo de los de la Moncloa de 1977, previos a la instauración de un orden constitucional en el país: "Trabajamos por interés general. Ojalá nos encontremos en ese acuerdo tan encesario". 

"Han convertido España en un tanatorio"

Posteriormente le llegó el turno al vicepresidente segundo, que escuchó como Teodoro García Egea, número dos del PP, le responsabilizaba de los muertos por coronavirus al "poner la ideología por encima de la salud de los españoles". Iglesias asumió su responsabilidad en el devenir de la epidemia en tanto que miembro del Consejo de Ministros encargado de gestionar la crisis. Macarena Olona, secretaria general de Vox, metió una marcha más. Le tildó de "exaltado sectario y no un cordero" y acusó al Gobierno del que forma parte, que calificó de "comunista", de tratar de imponer "un modelo totalitario" al estilo del de Venezuela, de provocar que la democracia se desangre y "la destrucción de la nación" y de intentar una ilegalización de su partido. Juan Luis Steegman, otro diputado de la formación de ultraderecha y médico de profesión, dijo que "han convertido España en un tanatorio". A sus críticas contra el modelo de recuento de contagiados y fallecidos empleado en España, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, opuso que se ajusta a criterios internacionales. 

"No hay tarea más urgente, más necesaria, más noble, más patriótica y más humana que averiguar por qué España es el país con más muertos por millón de habitantes. Es su obligación porque es una catástrofe y porque ha ocurrido bajo su mandato", expuso Cayetana Álvarez de Toledo, portavoz popular de la cámara, en pregunta dirigida a la portavoz del ejecutivo y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que lamentó el tono de la oposición y le pidió, una vez más, responsabilidad institucional.