El Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades ha cambiado de opinión respecto al uso de las mascarillas. Hoy ha hecho público un informe oficial respecto a la utilización de las mismas en la lucha por evitar la propagación del coronavirus: "Deben ser contempladas como una medida complementaria".

Los expertos de esta agencia para la Unión Europea cuya misión es luchar contra las enfermedades infecciosas consideran, eso sí, que el uso de las mascarillas no puede ser un reemplazo de las medidas preventivas, sino como una protección añadida y complementaria.

Hasta el momento, sólo las recomendaba para el uso sanitario y a enfermos con síntomas, pero ahora también centra su uso para el resto de la población ante la posibilidad de transmisión del COVID-19 por parte de una persona asintomática: "Pueden ser una extensión a la actual práctica de llevarla para los individuos con síntomas", asegura el comunicado.

Respecto a su uso, prioriza a los sanitarios y para el resto de la población, ofrece diversas posibilidades: “Se podría considerar la utilización comunitaria de mascarillas faciales, especialmente cuando se visitan espacios ocupados y cerrados, como supermercados, centros comerciales, o cuando se usa el transporte público, etcétera”, añade.

La situación en España

Actualmente, en España no existe ninguna recomendación oficial sobre su uso, aunque están repartiéndolas entre los transportistas. Por ello, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha asegurado que todavía no han decretado ninguna resolución: “Cuando lo tengamos decidido, valorado, discutido con las comunidades autónomas, vamos a dar recomendaciones claras. El Gobierno no puede exigir nada a ciudadanía que no esté en condiciones de cumplir”.

En caso de que finalmente se establezca su uso cotidiano, una de las cuestiones que más preocupa a los habitantes tiene que ver con la escasez de mascarillas en las farmacias. Por eso, las miradas del Ejecutivo pueden girar de nuevo a China, que ya ha exportado cerca de 4.000 millones.