¿Por qué Portugal resiste al coronavirus mejor que España?
El país vecino cuenta con 12.400 casos confirmados y apenas 345 fallecidos a causa del COVID-19 y su gestión está bajo la lupa de Europa.
El coronavirus está golpeando a todo el mundo. Su llegada a Europa, durante el pasado mes de febrero, acabó extendiendo un virus altamente contagioso al resto de continentes. España e Italia, con más de 100.000 contagios y 13.000 muertes, son los países más afectados. Especialmente llamativo es el caso de Portugal, país vecino, que apenas cuenta con 12.445 contagiados y 345 fallecimientos.
España y Portugal comparten 1.200 kilómetros de frontera y la gestión e incidencia del coronavirus ha sido totalmente diferente en ambos países. El país español cuenta con una tasa de contagios de 0,024, mientras la del luso es de 0,0012. Además, el Gobierno presidido por António Costa ha tenido gestos aplaudidos por la población española. Sin ir más lejos, Rui Rio -líder la oposición- pronunció un discurso apoyando las medidas del Ejecutivo y deseando suerte al primer ministro. Pero, ¿cómo y por qué ha logrado Portugal contener el coronavirus?
Irrupción tardía del virus
La primera gran diferencia entre Portugal y el resto de países europeos fue la llegada del coronavirus. Fue el último país de la Europa Occidental en detectar su primer caso, que se dio el pasado 2 de marzo. Un ciudadano de Oporto dio positivo después de un viaje en el norte de Italia. Pocas horas más tarde llegó el segundo caso, el de un paciente que volvía de Valencia. Es decir, el virus llegó un mes más tarde a Portugal que a España.
No obstante, el coronavirus también se ha expandido a una velocidad notable en Portugal. Una semana después de los primeros casos ya llegaban al centenar de positivos y en cinco días pasaron de 60 casos confirmados a 330. Un mes después de su eclosión, el país luso cuenta con 12.445 casos y 345 muertes.
Endurecimiento de medidas y respuesta rápida
El Gobierno del país, alertado por la situación en España y en Europa, fue consciente de la gravedad de la situación y tomó medidas drásticas desde el primer momento. El 13 de marzo, con 112 contagios y ninguna muerte, António Costa declaró el estado de alerta y cerró colegios, universidades, escuelas, bares y discotecas. Los centros comerciales y los restaurantes limitaron su aforo y tardaron muy poco en ser cerrados.
Tres días después se limitó el tráfico fronterizo con España, pero los contagios subieron de manera exponencial y Costa decretó el estado de emergencia el 18 de marzo. Se cerraron, de manera definitiva, todos los comercios considerados no esenciales y se confinó todo el país. Únicamente se permiten desplazamientos por "motivos de fuerza mayor", es decir, para comprar artículos de primera necesidad, ir a trabajar, al banco o pasear mascotas. El 28 de marzo esas medidas fueron más allá y se protegió a los inmigrantes, legalizando a todos aquellos que tuvieran solicitado el permiso de residencia.
Asimismo, el Parlamento luso aprobó hace pocas fechas la suspensión del pago de alquileres durante el estado de emergencia durante el estado de emergencia y se prohiben todos los despidos con indicios de ilegalidad. A todo hay que sumar que todos aquellos que hayan sido contagiados por coronavirus no pagarán las tasas de copago del sistema de sanidad pública.
Compromiso total de la ciudadanía y gran cantidad de test
A pesar de que las autoridades locales y mundiales han alabado el comportamiento de los ciudadanos de cada país durante esta crisis, en Portugal tan sólo se contabilizar 84 arrestados por incumplimiento de medidas, por los más de 3.000 que suma España.
Para regular el movimiento durante la Semana Santa, Portugal amplió el estado de emergencia hasta el viernes 17. También se han prohibido los desplazamientos fuera del domicilio habitual y, del 9 al 13 de abril, el país cerrará el tráfico de personas en todos los aeropuertos nacionales.
António Sales, secretario de Estado de Salud, confirmó que se han realizado 110.000 test rápidos desde el pasado 1 de marzo y el país pretende duplicar el número de respiradores en las UCI.
Remando en una misma dirección
Las autoridades sanitarias lusas siguen apostando por el aislamiento y los test masivos para frenar la propagación y, según varios expertos, la curva de contagios estaría sufriendo una ralentización. El norte es la región más afectada (6.915 casos) y Lisboa y Oporto las ciudades con más contagios. La tasa de mortalidad se sitúa en torno al 2,5% y hay más de 1.000 sanitarios contagiados por COVID-19.
Los hospitales ya están preparados para un nuevo brote y es el tercer país de la Unión Europea con más médicos por habitante (1 por cada 200). El Gobierno va concienciando a la población para una prórroga del estado de alarma por otras dos semanas.
António Costa pidió un esfuerzo a la población ante las medidas adoptadas, las cuales han contado con una colaboración casi total de la oposición: "Es fundamental que hagamos todos un esfuerzo para llegar lo mejor posible al final de este túnel. Vamos a salir de esto, pero todavía no estamos en el inicio de la salida". A pesar de que Portugal ha conseguido minimizar la incidencia del coronavirus y es puesta como ejemplo en algunos lugares, el país sigue inmerso en una batalla que todavía, ni de lejos, no ha llegado a su final.