La semana pasada, con el coronavirus acechando a los Estados Unidos, Donald Trump convocó una rueda de prensa para hablar ante los ciudadanos sobre la amenaza de este virus. En su discurso, quiso mantener la calma, pero además, cometió un error al hablar de un medicamento que podía ayudar a combatir el COVID-19, denominado "cloroquina".

Cloroquina y fosfato de cloroquina

La cloroquina no es solo un medicamento, sino que también existe el fosfato de cloroquina, que sirve para limpiar peceras y acuarios. Esto provocó que un matrimonio estadounidense, por miedo a contraer la enfermedad, optasen por tomarse un comprimido, lo cual provocó la muerte del marido. La mujer lo explicaba así ante los medios: "Lo ví ahí al fondo de mi estantería y pensé, '¿No es esto eso de lo que están hablando en televisión?".

Tras tomarse ambos el "remedio", se empezaron a encontrar muy mal. La mujer comenzó a tener náuseas y vómitos, mientras que el hombre no podía respirar. Llamaron entonces al 911, pero al poco de llegar al hospital, el hombre falleció.

¡Cuidado con los medicamentos!

Esto ha demostrado que la voz del presidente es mucho mayor de lo que podría imaginarse. Una recomendación mal hecha ha provocado un fallecimiento de un ciudadano estadounidense. Pero además, antes de que Trump saliese ante los medios para hablar del coronavirus, la venta del fosfato de cloroquina se disparó en muchos establecimientos del país. La FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) ni siquiera aprobó el tratamiento de este medicamento.