CORONAVIRUS

Un médico de 85 años regresa para frenar el COVID-19 en Italia

Giampiero Giron, anestesista jubilado de Pádova, ha decidido volver a la actividad para poner su granito de arena en lucha contra el coronavirus en Italia.

Un médico de 85 años regresa para frenar el COVID-19 en Italia
Salvatore Laporta / IPA GTRES

Todas las crisis tienen sus héroes. Y en un país tan devastado por la pandemia como Italia, uno de ellos podría ser perfectamente Giampiero Giron. Este anestesista de 85 años sorprendió a propios y extraños cuando decidió dejar a un lado su vida de jubilado y volver a los quirófanos para ayudar en primera línea: "Hace un par de semanas me llamaron por teléfono para preguntarme si, de ser necesario, podrían contar conmigo para la sala de operaciones y acepté".

Giron, profesor emérito de la Universidad de Padua, está considerado como un mito viviente en el país, puesto que es el anestesista que durmió el 14 de noviembre de 1985 a Ilario Lazzari, paciente al que se le realizó el primer trasplante de corazón en Italia.

Sin ningún miedo

Pese a pertenecer a un grupo de riesgo por su avanzada edad (En diciembre cumplirá los 86), asegura no tener temor a lo que se enfrenta: "Sé que los más expuestos a complicaciones debido al coronavirus son los ancianos, pero tengo buena salud y, aunque no tenga mucho que ver con eso, hago la vacuna contra la gripe todos los años. No tengo miedo, incluso en situaciones de epidemia, que son siempre muy difíciles de manejar", afirma.

Pese a ello, es consciente de que se enfrenta a un virus prácticamente desconocido hasta ahora: "Esta vez es contra un enemigo invisible". Al igual que ocurre en España, en Italia están volviendo muchos médicos retirados a trabajar para poner su granito de arena en su lucha contra el COVID-19, aunque Giron asegura que no hay que obligar a nadie a que siga su ejemplo: "No juzgo a nadie que piense lo contrario. Una cosa entendí a mi edad: no hay nada peor que obligar a alguien que no quiere entrar en una sala de operaciones".

Sin duda, en un país tan golpeado por el COVID-19 como Italia, donde ya hay más de 6.000 muertos, toda ayuda es poca y la experiencia de un profesional como Giampiero Giron puede ser vital para salvar más vidas en el territorio transalpino.