La pesadilla de Matt Conger en Nazaré: entre acantilados y olas gigantes
El surfista estadounidense protagoniza uno de los vídeos más tensos de la temporada en Praia do Norte. Consiguió escapar por las rocas tras un wipeout.
A mediados de octubre, el cañón submarino que convierte las grandes marejadas en olas gigantes en la Praia do Norte de Nazaré (Portugal) empezó a trabajar. Gracias a la borrascas otoñales del Atlántico Norte, empezaron a llegar olas de la temporada 23-24 y a ofrecer un espectáculo único en la naturaleza que cada vez atrae a más gente. Desde entonces ha habido días con olas grandes y días con olas gigantes, a la espera de que en algún momento pueda llegar LA marejada de la que se hable durante todo el año.
En cualquier caso, cuando las condiciones acompañan mínimamente, siempre hay surfistas en el agua dispuestos a desafiar esta ola, algo que ha generado incluso críticas entre los mejores del mundo. Afirman que más de uno no está preparado. No para surfearla, que sería lo “sencillo” si tienes un mínimo de conocimientos en surf y alguien que te meta en la ola con un jet ski. Hablan de preparación para cuando las cosas salen mal. Para aguantar las embestidas del mar. Y es que tal y como decía Laura Coviella, la primera española en surfear en Nazaré, “la ola tiene muchísima fuerza, mucho power, es una gran masa de agua en movimiento y tiene muchos baches...”.
Dicha fuerza la pudo sentir en primera persona Matt Conger este pasado domingo, 19 de noviembre. Después de coger una ola y sufrir un wipeout, el estadounidense fue arrastrado y embestido por las olas hasta las rocas del acantilado. Una vez allí, de los golpes, su tabla se partió por la mitad. Y por su cercanía a las rocas no podía ser rescatado por un jet ski, con lo cual su única salida eran, precisamente, las rocas. Tras varias series de olas que pasaron por encima suyo y que le hicieron tragar salitre, finalmente consiguió escapar. El tenso momento lo grabó el filmer Todd Hansen, quien lo describió como “aterrador”:
Novato pero preparado
El propio Matt Conger compartió en las stories de su Instagram imágenes de la ola que había surfeado antes de acabar en las rocas, con el siguiente texto: “Cuando la sesión de surf se convierte en una sesión de alpinismo. Estoy agradecido de haber salido ileso”. No es para menos.
Aunque volviendo a la importancia de la preparación física y mental, Conger demostró precisamente la importancia de llegar a Nazaré con los deberes hechos. Ya lo explicaba el 1 de noviembre tras haber surfeado por primera vez frente al Fuerte de San Miguel Arcángel: “Surfear aquí es algo que ni me pasaba por la cabeza hace un año. Sin embargo, las largas y continuadas sesiones de entrenamiento han valido la pena y me siento más fuerte que nunca en el agua”. Si no hubiera mantenido la calma y no hubiera tenido la capacidad para soportar la exigencia de las olas, conseguida gracias a esos entrenamientos, quizás esta noticia sería muy diferente.