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Surf

Algas y tiburones: el precio de surfear solos en una ola perfecta

Will Bendix y Alan van Gysen publican un vídeo del que llaman “el Pipeline africano”: una ola perfecta a la cual algas y tiburones convierten en un lugar solitario.

Algas en Kelp Town, Sudáfrica, con un surfista surfeando.
Now Now Media

Surfear olas en Kelp Town (literalmente Ciudad de las Algas), Sudáfrica, no es para cualquiera. Aunque el sur de África es conocido por sus olas de calidad, esta zona plantea retos únicos y potencialmente peligrosos. Will Bendix y Alan van Gysen, de Now Now Media, han documentado la experiencia en un vídeo que muestra la soledad de un lugar que, paradójicamente, ofrece olas perfectas: la amenaza de tiburones y las densas algas marinas mantienen a los surfistas alejados.

Adin Masencamp, un surfista sudafricano, fue uno de los primeros en aventurarse en este spot, al que considera “lo más cercano que tenemos al Pipeline en Sudáfrica”. Masencamp describe la dificultad de atravesar la espesa capa de algas que cubre la entrada a la ola, donde uno pierde el control mientras el kelp (nombre local de estas algas) parece “levantarte del agua” al tratar de remar. Al despejarse el agua en el arrecife, las algas emergen, convirtiendo la zona en un campo de obstáculos.

A esto se suma la inquietante presencia de tiburones blancos, que han sido vistos en el área y, según estudios, utilizan estas algas como cobertura para cazar focas. Masencamp sugiere que el kelp podría disuadir a los tiburones de acercarse demasiado a los surfistas, pero advierte que esta protección es dudosa, ya que los tiburones se adaptan a estas aguas turbias y frías, tal y como han demostrado los estudios. Aunque como la ola es solitaria, tampoco se han registrado incidentes hasta la fecha.

Para los surfistas, la situación empeora debido a la desaparición de abulones, cuya caza ilegal reduce la competencia natural del kelp, permitiendo que este crezca más densamente. “Es como surfear entre los cepillos de dientes de una ballena”, bromea Masencamp sobre la sensación de navegar entre estos obstáculos. A pesar de ello, él y otros surfistas consideran que la belleza y soledad de estas olas bien valen el riesgo.

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