Ahmed Erraji, el bodysurf como estilo de vida y la fascinación por entrar al agua cuando está como estaba en este baño en La Santa (Lanzarote):

"Hacer bodysurf se ha convertido en una práctica cada vez más común entre los amantes del deporte y del mar, desde profesionales hasta amateurs. Una de las cosas favoritas de ser bodysurfer es el hecho de que uno puede sentir, experimentar y hacer las cosas de la manera que te parece más natural y orgánica, sin seguir las reglas de nadie ni ajustarse al afán y las modas de una nueva industria que ha creado variantes como el handboard o el handsky.

El error más grave que cometen los ahora llamados watermans es considerar el bodysurf deporte o moda y no filosofía de vida. Y es que con el deporte desaparece la conexión y el disfrute mientras empieza el estrés, el estilo y la desconexión de la madre naturaleza.

Es un desafío construir todo desde cero sin una etiqueta o una compañía importante que lo apoye. Pero a pesar de ello, para mí, la manera de ver el mar nunca ha cambiado. Es el juego de mi infancia, así que la filosofía es la misma desde que tenía 7 años: uno se lanza a la aventura porque sobre el agua tenemos la ilusión de estar desafiando las leyes de la física. Incluso cuando falla la gravedad y caemos estamos disfrutando de la experiencia: si el revolcón es tolerable, el marcador se reinicia y la aventura vuelve a comenzar con la llegada de la siguiente ola.

Y no solo eso: para terminar me gustaría decir también que me fascina el intenso ritual que se genera en la entrada al mar, ese que se basa en ver la vida pasar desde la rompiente mientras nadas y buscas en el horizonte alguna señal que te indique que has pasado la zona critica... Hermoso y aterrador como la vida misma. Disfruten el vídeo”.