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MTB

Gee Atherton resucita donde sufrió la peor caída de la historia

George Atherton publica Ridgeline II, un espectacular vídeo en las mismas montañas en las cuales sufrió una de las peores caídas de la historia del MTB.

Actualizado a
El piloto de MTB Gee Atherton montando a toda velocidad en una foto tipo barrido en un sendero de Gales (Reino Unido), durante la grabación de su proyecto Ridgeline II, en agosto del 2022.
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"No existe en este planeta nadie igual a Gee Atherton", decía Rob Warner durante el Red Bull Hardline 2022 tras su vuelta a la competición. Porque el campeón del mundo de MTB Downhill siempre ha montado al límite de sus posibilidades de una bici, con una actitud de "puedo con todo" en escenarios únicos repartidos por todo el globo. Así, en los últimos años millones de personas han visto sus vídeos The Ridgeline o State Line, proyectos "Big Mountain" de otro nivel.

Pero estos grandes proyectos tienen también sus grandes riesgos. En junio del 2021, grabando The Knife Edge, la tercera gran entrega de estos clips, Gee tuvo una de las peores caídas de la historia del Mountain Bike. No en vano, las consecuencias fueron una larga lista de lesiones: conmoción cerebral y fracturas de fémur (en varias partes), costillas (con perforación de pulmón), cuenca del ojo, nariz, radio (fractura abierta que atravesó la piel) y cúbito, con afectación a muchos nervios. Los médicos llegaron a decirle que si bien podía recuperarse al 100%, no había niguna garantía de que así fuera e incluso le comentaron la posiblidad de que no pudiera montar en bici nunca más. El propio Atherton cuenta que pasó a llamar a la zona "el Valle de la muerte" y que no pasaba por allí ni por la carretera. 

La recuperación fue un proceso largo (con varias operaciones) y, curiosamente, su gran motivación no eran solo volver a montar en bici, sino grabar en "la nueva Ridgeline". Era la línea principal del proyecto, construida antes del accidente justo al lado de donde quería grabar The Knife Edge, que se supone que era un simple "calentamiento". Esta vez, repasando el circuito y tomando, si cabe, más precauciones todavía. El behind the scenes es increíble. El resultado es Ridgeline II y es una locura:

Así explicaba sus sensaciones cuando volvió a montar a lo grande en Gales: "Debo admitir que el primer día en la cresta fue un desafío, había montado poco en el bikepark y de repente estaba ahí arriba, con el temor de lo que me había ocurrido la última vez. Pero hago estos proyectos porque me encantan. Siempre he disfrutado del lado creativo del MTB y de la libertad de construir algo tan bestia como uno quiere. No hay límites, y siempre termino haciendo los circuitos un poco más complicados de lo que debería. Pero tan buen punto hice el drop in, volví a sentirme que estaba donde debo estar".