Imagenes aéreas demuestran lo difícil que es ver los tiburones en el surf
Un vídeo grabado en dron en las olas de Tuncurry Beach (Australia) demuestra lo difícil que es para un surfista enterarse de que hay un tiburón en el agua.
La playa de Tuncurry, en Nueva Gales del Sur (Australia), es un famoso spot de surf situado a poco más de 300 kilómetros al norte de Sídney. Es una “autopista de tiburones blancos”. Así lo afirma un estudio en el que se traquearon a 100 escualos de esta especie y que fue publicado por NSW DP y NSW Shark Management Strategy, Southern Cross University y Paddy Pallin Foundation, en colaboración con la Royal Zoological Society of NSW.
En este contexto, lo más normal es que meterse en el agua signifique convivir con tiburones blancos. Así lo demuestra un vídeo de Rogue Droner en el que, con imágenes aéreas, se puede ver a un ejemplar del gran depredador marino merodear un pico con varios surfistas. Ni con sol, aguas cristalinas y la cercanía a la que llega a estar, estos son capaces de cerciorarse de que están surfeando con un gran tiburón blanco.
Lo cual demuestra también que en la mayoría de situaciones no ocurre nada, desmitificando la imagen que se ha dado del tiburón en la mayoría de películas y documentales, e incluso la que le da el autor del vídeo. Visto lo visto, no se explica la música más digna de una fría noche de invierno en un callejón poco iluminado de Chicago que no de un soleado y tranquilo día de surf en la playa en el que no ocurre nada. O el título de "un tiburón blanco a la caza de surfistas". Más bien está explorando y buscando comida -que precisamente no encuentra-, motivo por el cual suelen merodear esta zona. Así lo explicamos en un vídeo anterior grabado por The Malibu Artist en playas de California.
Cae sobre un tiburón
El caso es que viendo este vídeo nos ha venido a la cabeza otro que demuestra lo poco habitual que es enterarse de que hay un tiburón cerca. En el clip, grabado también en dron, se pueden ver más imágenes como las grabadas anteriormente e incluso una en la que un surfista (con tabla roja) cae directamente sobre uno de los tiburones. A pesar de ello no hay reacción alguna por parte del tiburón más allá de alejarse. Y el surfista tampoco se entera. Con una música y más tranquila y un título más descriptivo.