Bam Margera llegó a vender más tablas de skate que el mismísimo Tony Hawk. Ese es su nivel de popularidad en el mundo del skate. Pero la historia que vino luego con el alcohol y las drogas han empañado su carrera. Tras varios intentos de desintoxiación, cuando parecía que conseguía salir del pozo y publicaba que llevaba 1 año sobrio, las cosas se han vuelto a complicar.

Tan solo un mes después del anuncio, el 13 de junio, Bam Margera se fugó del centro de rehabilitación de Florida sin permiso (estaba obligado por ley a estar allí). Dijo que se iba a otro centro porque no estaba contento con los servicios que le ofrecían y las restricciones que le imponían. Le encontraron unos días después en un hotel de Delray Beach y volvió al centro, no sin que salieran algunas fotos del skater en algunos bares cercanos al hotel. Y se rumoreaba que había dejado la medicación durante unos días.

No pasaron ni dos semanas que Bam Margera se volvió a fugar. Esta vez el 25 de junio y, según fuentes cercanas a la estrella consultadas por TMZ, porque sufría por no volver a ver a su hijo Phoenix Wolf, de 4 años. Al parecer, su relación con su mujer, Nikki, se habría enfriado hasta tal punto que ella habría pedido la custodia del niño, relegando al skater a unas visitas programadas y supervisadas. Como respuesta, Margera habría contratado a un abogado para intentar evitarlo.

Durante esta segunda fuga, TMZ también ha tenido acceso a un vídeo de Bam Margera saliendo de fiesta. Sus investigaciones dicen que primero estuvo en un Sports Bar de Pompano Beach donde bebió alcohol. Luego le llevaron al hospital por su muñeca (se la fracturó unos días atrás), al salir pasaron por un club de striptease (aunque él habría pedido a las bailarinas que se alejaran de él) y acabaron en casa de un amigo, donde se puede ver a un compañero drogarse y a Bam Margera, supuestamente, bajo el efecto del alcohol o las drogas. Tanto es así que acaba cayendo sobre la cama mientras el resto siguen de fiesta.