NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Surf

Prohiben la entrada en bares con alcohol a una surfista vegana

La activista Tash Peterson acusó a los comensales de un restaurante de Western Australia de estar participando en un "holocausto de peces".

La surfista y activista Tash Peterson posando con un canguro con un arbusto y una silla detrás.
Instagram@vganbooty3

Tash Peterson aprendió a surfear de niña en un paraíso del surf como es Byron Bay, en Australia. Realmente no fue hasta la adolescencia cuando realmente empezó a progresar en este deporte que, ya como adulta, la llevaría de aventuras por todo el mundo: desde la propia Australia Occidental con surf entre aguas cristalinas y delfines hasta las olas desiertas de Lombok (Indonesia), pasando por la ola más larga del mundo, en Chicama (Perú).

Pero lo que la ha llevado a ser famosa no es su surfing, sino su activismo vegano en defensa de los animales, realizando todo tipo de acciones de protesta contra las industrias que matan y/o experimentan con ellos. Un activismo que ahora la ha llevado a que le prohiban la entrada en cualquier bar, restaurante o establecimiento de cualquier tipo en el que vendan alcohol, bajo amenaza de multa de 10.000 dólares australianos en caso de no cumplir con la prohibición.

El motivo es que la surfista de 27 años se subió a una mesa del restaurante especializado en pescados y mariscos Bathers Beach, en Perth (Australia), para acusar a los comensales de participar del "mayor holocausto de la historia, un holocausto de peces". Porque "en este momento, millones de peces, delfines, ballenas y otros animales marines están siendo sacados del agua, en redes gigantes que les asfixian hasta morir". Entonces se le acercó un hombre que le pidió que se callara, mientras ella le amenazaba de denunciarle si la tocaba. Mientras, el grupo con el que iba mostraba pancartas para inciar a la gente a ver Seaspiracy y cantaban "los peces sienten el dolor, como nosotros". 

Según explican los medios australianos, Peterson recibió la notificación de la prohibición por parte de la policía en su propia casa, y mostró su disconformidad. La surfista y activista alega que no iba bebida durante su discurso y que prácticamente nunca bebe alcohol, dejando caer en redes que su intención era salir de Western Australia para esquivar la prohibición y continuar sus protestas en otros estados.