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Las olas más grandes y peligrosas de Europa: Punta Galea

Esta larga y gran derecha que rompe en los acantilados de La Galea, en Getxo, acoge el campeonato de surf de olas grandes más longevo de Europa.

Un surfista surfeando una ola gigante en Punta Galea (Getxo, Bizkaia, Euskadi).
@puntagaleachallenge

Punta Galea es un cabo de Bizkaia que fue una atalaya estratégica para la localización de ballenas cuando se cazaban estos grandes animales en la costa del País Vasco. Luego fue también una fortaleza para la vigilancia de flotas enemigas y faro de orientación para navíos. Y más recientemente, es el lugar donde se disputa el evento de surf de olas grandes más antiguo del Viejo Continente, el Punta Galea Challenge.

¿Cómo es la ola?

Hablar de Punta Galea es hablarde una derecha colosal que corta la respiración, de una de las olas más grandes y peligrosas de Europa. Rompe especialmente desde septiembre hasta marzo, cuando llegan las grandes marejadas del noroeste formadas en el Atlántico Norte. Cuando el tamaño está entre 5 y 6 metros, soplan vientos suaves del sureste y períodos de 15 o más segundos -y en marea alta o media alta- se dan las condiciones perfectas para ver un auténtico espectáculo.

Hay que decir también que es una ola rápida que ofrece muy buenas paredes e incluso, si las condiciones son perfectas, tubos. Rompe en un entorno natural y frente a los acantilados de La Galea, que son un anfiteatro perfecto para contemplar el show. Un buen ejemplo de lo que puede llegar a ofrecer es la ola surfeada por Lucas ‘Chumbo’ Chianca en la edición 2019 del campeonato de surf, nominada a los WSL Big Wave Awards.

Su peligro reside en el fondo de roca y en las rocas de su alrededor. Especialmente cuando baja la marea, ya que muchas asoman a la superficie y la distancia entre el fondo y la superficie se acorta. Ya en la primera edición del Punta Galea Challenge se pudo ver a David Bustamente a escasos 2 metros de una hilera de rocas de la que acabó escapando peleando duramente contra la serie de olas gigantes. Y en esta última edición no fue menos, aunque esta vez los jet ski colaboraron en el rescate.

Historia de La Galea

Este artículo y esta ola no existirían si los planes de Petronor y el Ministerio de Obras Públicas hubiera podido llevar a cabo sus planes de 1971. Su objetivo era construir dos grandes diques que cerrarían todo el abra de Bilbao para abrigar a los barcos más grandes. Pero en 1976, a punto de terminar el primero y empezando con el segundo, un temporal de olas gigantes (se dice que 25.000 olas de más de 12 metros durante 60 horas) abrieron dos boquetes en el de Punta Lucero. Los esfuerzos -físicos y económicos- se centraron en repararlo, paralizando el de Punta Galea.

Gracias a las condiciones que ofrecía esta ola gigante, en 2006 se celebró la primera edición del Punta Galea Challenge. Ese 14 de enero, sin embargo, las olas eran más pequeñas de lo esperado, así que se realizó una “Expression Session” que se llevaron los pioneros Axi Muniain e Ibon Amatriain. En la segunda, el barco de la organización fue cazado por una serie muy abierta y estuvo a punto de volcar, evitándolo en el último momento. La salvada dio la vuelta al mundo y metió al evento en el mapa. Hoy en día, tras XV ediciones, es el campeonato de surf de olas grandes más longevo de Europa y cuenta cada año con la participación de los mejores locales y 12 riders internacionales de primer nivel.

Las olas del huracán Epsilon

En octubre del 2020, Europa recibió una de las mayores marejadas de la historia -si no la mayor- y esta zona del exterior de la ría de Bilbao no fue una excepción. Allí estaba Natxo Gonzalez -ganador en 2022 del Punta Galea Challenge- para surfear un auténtico monstruo que él mismo definía así: “Ha sido una de las olas más bestias que he visto en mi vida. Un outer reef que rompe mar adentro frente al puerto de Bilbao. Llevaba tras esta ola más de 10 años. Para mí es un día histórico. Hoy, posiblemente, se habrán surfeado las olas más grandes de la historia de nuestro país”. La ola del de Plentzia, dicen, medía por lo menos 10 metros y, obviamente, se pudo observar perfectamente desde Punta Galea.