La relación de Barcelona con el surf ha sido siempre especial. Desde sus inicios con la llegada de obreros australianos para la construcción de la Vila Olímpica de Barcelona 92 hasta día de hoy ha pasado de todo. La Ciudad Condal, por ejemplo, se ha convertido en la que más tablas de surf vende de toda España o la que tiene escuelas con más alumnos. Incluso se llegó a anunciar en su momento un evento de la World Surf League (aunque no de competición). Pero sin embargo, también se han repetido episodios polémicos con la Guàrdia Urbana.

No hace fata irse muy lejos para rescatar unos cuantos. Por ejemplo durante las olas del temporal Filomena a inicios del 2021, cuando se presentaron an la playa de la Barceloneta para echar a los surfistas del agua. Igual que en noviembre del 2021, cuando se hizo viral el vídeo de Manel Maestre (instructor nacional de la Federación Española de Surf) discutiendo con un policía que le estaba identificando por haber surfeado cuando había olas.

El caso es que el surf en Barcelona se encontraba en una situación de alegalidad. Porque mientras la policía se acogía a la normativa que impide el baño a los bañistas, los surfistas aseguran que no son bañistas y que la única razón por la que hay este problema es la falta de cultura en las playas barcelonesas. Y es que situaciones de este tipo serían impensables en otras ciudades surferas como Santander o San Sebastián, por citar algunas. Allí se surfea cuando hay olas e incluso se tiene mucho respeto por los surfistas, quienes son precisamente los que conocen mejor las condiciones del mar (mareas, corrientes, etc).

Así, en una rueda de prensa para presentar la temporada de baño 2022 en Barcelona, el concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica, Eloi Badia, así como el concejal de Deportes, David Escudé, han anunciado que se elaborará una nueva normativa que regule el surf. Entre otras cosas han asegurado que se permitirá la actividad cuando ondee la bandera roja y que por lo tanto no se pondrán multas cuando eso ocurra. Solamente se prohibirá cuando haya situaciones de emergencia o temporales excepcionales, algo que no ocurre casi nunca y que, cuando pasa, según Escudé "los surfistas tampoco quieren sacar la tabla".

Las reacciones en redes sociales no se han hecho esperar. Desde quienes se alegran por fin de la decisión a quienes opinan que llega tarde, pasando por las personas que siguen sin entender que el surf se practique con bandera roja.