La ola gigante de Jaws triturando a un surfista en POV
El polifacético Kai Lenny se mete con su GoPro en la memorable sesión de Jaws de inicios de diciembre y muestra lo que es caer en sus garras 'desde dentro'.
La sesión de un surfista 'random' sigue la siguiente secuencia: remar, remar y remar, coger una ola; tirarse de la tabla cuando una ola gigante le va a barrer y no puede pasarla por debajo; recibir un centrifugado cuando te alcanza; pasar un rato bajo el agua hasta que todo se calma; sacar la cabeza y ver que vienen más olas de la serie que vuelven a arrastrarte. Y todo ello, en una ola gigante como la de Jaws, se multiplica por los metros de altura que tenga y las toneladas de agua que mueva. Así se ve desde dentro:
El vídeo está grabado desde la GoPro de la tabla de surf el reconocido surfista hawaiano Kai Lenny. Tal y como se puede apreciar, en esta ola de Pe'ahi (Maui, Hawái), se necesita también un jet ski que vaya a rescatarle y le saque de la rompiente para llevarle de nuevo al pico. A veces, sin éxito, volviendo a caer al agua y pasando de nuevo por el mismo proceso. Hasta que finalmente consigue salir de allí y respirar tranquilo.
Toca coger aire y esperar un nuevo set de olas. Cuando llega, se busca el pico, se encara la tabla, se vuelve a remar y a por esa ola que le hará salir de la sesión con una sonrisa en la boca. Esa ola... o si eres Kai Lenny, esas olas, una tras otra. Incluyendo alguna en la que parece que no va a salir y será centrifugado de nuevo, pero no, consigue mantener el equilibrio y salir del tubo, poniéndose las manos en la cabeza porque no se lo acaba de creer. Y se deja caer al agua, consciente de la ola que acaba de coger. Así se ve desde fuera:
Siguen llegando olas. Si le quedan fuerzas -como es el caso- el surfista sigue cogiendo olas. En alguna ocasión no se librará de volver a caer, incluso chocando contra la pared de la ola, que aunque pueda parecer agua... está dura como una piedra. Y aunque aparezca el viento, se sigue surfeando hasta el último aliento, porque no todos los días llegan marejadas como la del 2 de diciembre en Hawái y Kay Lenny sabe que hay que aprovecharlo. Y grabarlo, como ya hizo en una situación parecida en Nazaré con las olas gigantes del huracán Epsilon.