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Surf

Se enfrenta a las olas gigantes de Jaws con una tabla de skim

Emulando a Brad Domke, el bueno de Sean McClenahan se lanzó a por una de las olas de dimensiones titánicas en el despertar del Pacífico Norte.

El skimboarder Sean McClenahan surfeando una ola gigante en skimboard en Jaws (Pe'Ahi, Maui, Hawái, Estados Unidos).
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El pasado 2 de diciembre será un día para recordar en Jaws (Pe'ahi, Maui, Hawái). La temporada de olas grandes ya había empezado en el hemisferio norte, pero de momento la gloria se la había llevado el Océano Atlántico con el swell récord del huracán Epsilon en Nazaré, Mullaghmore o Cantabria, entre otros sitios.

La marejada XXL que llegó a Hawái, sin embargo, trajo las primeras olas grandes al Pacífico Norte. Allí estuvieron muchos surfistas como Kai Lenny o Ian Walsh y cuando el mar se empezó a poner feo por el viento, aparecieron también algunos en tow-in, windsurfistas y hasta algún kitesurfista. Incluso un skimboard.

El protagonista de semejante locura fue Sean McClenahan, un skimboarder que ya se había metido en otras olas hawaianas de Honolua Bay y otros puntos de Maui con su pequeña tabla sin quillas de Victoria Skimboards. Esta vez quería dar un paso mása y enfrentarse a un auténtico gigante. Daban olas de 7 metros para arriba y se cruzó la isla para aprovecharlo. Y vaya si lo aprovechó:

Cuenta McClenahan que estuvo 6 horas esperando su oportunidad. Cuando empezó a ponerse complicado y tras varios setes que nadie surfeó, viendo que Kai Lenny se pasaba al tow-in, supo que era el momento. Allí estaba Dave Langer para tirarle una cuerda y meterle en una ola gigante en skim, a una velocidad a la que no había ido nunca. Se hizo dos olas y dio la jornada por concluida. Los problemas los tuvo para salir del agua, pero finalmente lo consiguió.

La proeza de este skimboarder nos recuerda a la de otro que no solo se ha metido en Jaws, sino también en The Right, Cyclops, Nazaré, Puerto Escondido y Teahupoo. Estamos hablando del gran Brad Domke. Viendo lo bien que se le dio Jaws a McClenahan, quién sabe si seguirá sus pasos...