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Arianna Tricomi: la freerider invencible que no sabía competir

Una de las estrellas -tricampeona- del Freeride World Tour. Pasión italiana encima de unos esquís. Amiga de sus amigos. Le gustan las cosas claras y la nieve en polvo.

La freerider Arianna Tricomi, tricampeona del mundo de esquí freeride o fuera pistas, esquiando en el tirol austríaco en enero del 2019.
Tobias Zlu HallerRed Bull Content Pool

Originaria de Bolzano, Italia, Arianna Tricomi nació ya en una familia competitiva. Su madre compitió en Copas del Mundo de esquí alpino e incluso fue a los Juegos Olímpicos de Lake Placid en el 1980. Por este motivo, no es de extrañar que la italiana aprendiera a esquiar a la temprana edad de tres años, pero lo singular en su caso es que a los seis aprendió también a esquiar con esquís de Telemark. Y es que la madre de Arianna quiso presentarle el esquí en todos los ámbitos que le fuera posible, algo que le ha sido muy beneficioso en su carrera y que la ha llevado a ser una de las mejores freeriders del mundo.

Los inicios: alpino y turbulencias

Como veníamos contando, Arianna empezó a esquiar con tres años y a hacer Telemark con seis. Luevo vino alguna competición de esquí alpino, aunque “no se me daba muy bien, pero a los once años parece que hice un cambió y empecé a conseguir buenos resultados, incluso estuve en el equipo nacional un tiempo”, explica ella misma. Pero a pesar de las esperanzas de triunfar en las competiciones de esquí alpino, siempre tuvo una alma un poco rebelde y en verano prefería irse a surfear.

A los 16 años Arianna paró de competir en seco a pesar de haber ganado sus últimas tres carreras. Una avalancha le arrebató a uno de sus mejores amigos y eso le hizo reflexionar y tomar la decisión de hacer lo que realmente le gustaba.

El slopestyle, el legado de su amigo

Lo que siempre le había gustado a Arianna Tricomi era saltar y disfrutar de la nieve polvo. Además, “el amigo que perdí era uno de los mejores skiers de park de Italia, creo que de alguna manera quise continuar lo que él ya no podría”.

El amigo que perdí era uno de los mejores skiers de park de Italia, creo que de alguna manera quise continuar lo que él ya no podría

Arianna Tricomi

Así, la esquiadora italiana empezó a dedicarle más horas al freestyle y más en concreto al slopestyle. Con un inconveniente: por aquel entonces no había snowparks y construían ellos mismos los saltos sin saber demasiado bien lo que hacían. La falta de instalaciones en las estaciones hacía que la progresión del slopestyle como disciplina fuera lenta, que hubiera accidentes y lesiones, pero siempre ha afirmado que estaba contenta de haber vivido esa "época loca".

Y es que las normas nunca le gustaron demasiado. De hecho, cuando se empezaron a construir snowparks por las estaciones del país, la Federación Internacional de Esquí también se involucró en el deporte y empezaron a crear normas y entrenadores poco empáticos, que era precisamente todo cuanto Arianna había odiado en su época de esquí alpino...

A pesar de todo, Arianna no dejó de competir. Es más, consiguió varios resultados importantes que le hicieron dar el salto a la competición de Copa del Mundo de Slopestyle. Hasta que una de estas competiciones fue un verdadero desastre: “El circuito era realmente malo, los entrenos eran a las 7:30 de la mañana y estábamos a -17ºC. Una buena amiga se rompió el fémur ese día, y ahí es cuando me pregunté por qué estaba haciendo eso”.

La entonces todavía freestyler disfrutaba del esquí y de los saltos fuera pista mucho más que en los snowparks, y además en el circuito de competición los riders del equipo italiano se lo tenían que pagar todo ellos igualmente. Y tenía las cosas claras: “Con 20 años era bastante buena, pero no lo bastante buena como para poder llegar a ser la mejor”. Así se acabó la época de competición de slopestyle para la esquiadora italiana.

La freerider que no entendía cómo funcionaban las competiciones

Después de dejar el slopestyle de competición, Arianna tuvo unos momentos de incertidumbre y no sabía cómo seguir con su carrera de esquiadora, pero un día participó en una competición de freeride de 2 estrellas del Freeride World Qualifier en Austria. “No tenía ni idea de cómo funcionaban esos eventos”, confesaba. De hecho, vio que todo el mundo miraba la cara por la que se iba a realizar la competición muy atentamente con sus prismáticos mientras que ella decidió simplemente que bajaría por algún lugar más o menos por la mitad de la pala.

Durante un largo tiempo, la freerider italiana no entendía esta parte de la competición, pero ahora es imparable.
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Durante un largo tiempo, la freerider italiana no entendía esta parte de la competición, pero ahora es imparable.Brett Wilhelm

Justo en la salida de esta competición había un cortado así que Arianna decidió salir de switch y hacer un switch 180, pero su plan no salió como esperaba. Aún y así, recogió sus pedazos y bajó a toda pastilla sin poner mucha atención por donde bajaba. De cara al final de la línea hizo un salto que le hizo coger más aire del esperado y sin saber muy bien cómo, lo planchó. Cuando llegó a la meta estaba totalmente desmoralizada y se puso a llorar.

Casualidades de la vida, allí también se encontraba el organizador de una de las pruebas de freeride más emblemáticas del circuito austríaco, el Open Faces. Se dirigió a Arianna y le dijo que su línea ha sido "un poco extraña" pero que no cabía duda de que sabía esquiar, así que le dio una wildcard para participar en un evento en Kappl (Austria).

Esa segunda competición le fue un poco mejor, pero seguía sin tener ni idea de cómo funcionaba, así que decidió “surfear” una ola de nieve que vio y eso la precipitó a un segundo lugar. En ese momento a Arianna se le abrieron los ojos y entró en el freeride de competición.

Arianna no es una esquiadora de Big Mountain, no es su estilo, así que llegó al Freeride World Tour con la nueva oleada de esquiadores con experiencia en freestyle y con ambiciones de progresión más allá de las líneas hiper técnicas. La italiana esquía porque le apasiona, se divierte haciéndolo y así enfoca sus competiciones.

Aunque tuvo que hacer una tarea muy importante de aprendizaje para saber orientarse en las caras y entender la importancia de escoger una buena línea, para ella lo más importante es saber dónde está en cada momento, para no perderse entre rocas y así poder esquiar con la seguridad y la velocidad que a ella le gustan.

Arianna 'Tricampeona' Tricomi

“Me gusta hacer las cosas sencillas” y parece que esta filosofía le está funcionando. La ya tricampeona del mundo se llevó su primer título del Freeride World Tour en el año 2018 ganando 3 de los cinco eventos. Desde entonces nadie le ha podido arrebatar el título y finaliza la temporada del 2020 del FWT con su tercer título consecutivo de Campeona del Mundo de Freeride.

Sus secretos: la carrera de fisioterapia y la pasión

Pero antes de conseguir llegar a lo más alto, Arianna Tricomi llevaba 5 años batallando para llegar a ese punto. Cuenta que una de las cosas que más le ayudó a concentrarse en su carrera deportiva y superarse a sí misma fue cuando acabó sus estudios y consiguió su título de fisioterapeuta.

En parte, saber que tenía un futuro más allá del esquí le dio la tranquilidad que necesitaba y pudo liberar esa parte de su mente para enfocarla en aprender lo que necesitaba para ser campeona del mundo de freeride.

Pero con el trabajo duro y la mentalidad adecuada, no basta. Hay otro ingrediente que es indispensable para seguir calzándose los esquís día tras día: la pasión por el esquí. Arianna ha tenido también la suerte de cruzarse con un grupo de amigos que disfrutan como nadie del esquí y esto la ha ayudado a mantener la cabeza en su sitio más allá de las competiciones, así como a recordarle por qué lo hace: simplemente le encanta.

Esto es lo que se transmite en la película que realizó el año pasado junto a sus amigos llamada ”la luce infinita – Tales from the North” en la que documentan de una manera divertida y curiosa su experiencia en los fiordos noruegos mientras buscan y rascan momentos de diversión encima de sus esquís.

La amplia experiencia en las distintas modalidades del esquí y sus ganas de seguir aprendiendo y disfrutando de su deporte, además de su respeto por la montaña, hacen de Arianna Tricomi una esquiadora excepcional, pero es su carácter encantador y apasionado lo que la hace imparable. ¿Dónde estará su límite?¿Quién pondrá fin a su reinado en el FWT?