Richard Martyn Turner y su mujer Verity se fueron de viaje una semana a Isla Reunión, donde se alojaron en un hotel de lujo con la intención de celebrar los 40 años de ella. Poco imaginaban al inicio de su viaje que dicha celebración acabaría en tragedia.

La historia empieza en Hermitage Lagoon, donde Richard se fue a nadar y a practicar snorkel y no volvió. Su mujer denunció la desaparición y rápidamente entraron en juego un gran grupo de búsqueda formado por barcos, helicóptero, patrullas en tierra con perros y submarinistas que buscaron en toda la barrera de coral. No le encontraron.

Unos días más tarde, se montó una expedición para acabar con 4 tiburones que se habían visto cerca de las playas de bañistas, fuera de su hábitat natural más allá de la barrera de coral. La operación se saldó con éxito. El caso es que en el estómago de uno de los tiburones tigre 'cazados', de 3 metros de longitud, encontraron una mano que llevaba puesto un anillo de boda. Tras el reconocimiento respectivo de la mujer y la prueba de ADN se confirmó que era la del turista escocés desaparecido unos días antes.

Las hipótesis apuntan a un ataque del tiburón, pero también se habla de que las corrientes se llevaron a la víctima mar adentro, se ahogó y el ataque fue posterior. En cualquier caso, en Isla Reunión ya lo contabilizan como un nuevo ataque mortal más en la zona, epicentro mundial de los ataques de tiburón. Desde 2011 ha habido 30 ataques que han matado a 11 personas.

Con el objetivo de poner fin a esta situación, que aleja a turistas y surfistas del agua en Isla Reunión, el presidente francés anunció una partida de 2 millones de euros para la prevención de ataques de tiburón. Se habla de unos sistemas que ya se han probado en Sudáfrica con éxito. El tiempo dirá si es efectivo o no.