Un estudio determina que los selfies matan 5 veces más que los ataques de tiburón
El estudio, que relativiza la peligrosidad de los tiburones, pone de manifiesto que este tipo de foto en situaciones extremas puede ser fatal.
Un reciente estudio ha concluido que los selfies son 5 veces más letales que los encontronazos con escualos registrados anualmente. La investigación ha determinado que la falta de atención y los riesgos tomados para conseguir unos pocos likes superan con creces la peligrosidad de bañarse o surfear rodeado de tiburones.
El estudio ha analizado las muertes entre octubre del 2011 y noviembre del 2017 en Journal of Family Medicine and Primary Care: 50 por ataque de tiburón y 259 por intentar sacar una selfie.
La investigación también se ha centrado en determinar cuáles son las regiones con más muertes por selfie. A la cabeza está la India, con 159 de las muertes –más de la mitad- que han obligado al país incluso a habilitar zonas de prohibición de este tipo de fotografía. Cabe destacar que la mayoría de estas muertes son en situaciones extremas como caídas por apurar al límite en puentes o rascacielos. Aunque en Estados Unidos la mayoría sean por dispararse mientras se hacían la foto…
Una investigación que vuelve a plasmar que todo el estigma alrededor de la peligrosidad que suponen los tiburones es pura fantasía hollywoodiana. Y sí, está claro que el ataque de un tiburón puede ser letal, pero eso solo pasa en casos extremos y, sobretodo, cuando se molesta al animal o este se siente amenazado. Es pura lógica: cuándo un tiburón ronda cerca, suelen saltar todas las alarmas. Lo que es incomprensible es cómo dichas alertas no saltan al acercarse demasiado a un acantilado o ir a 150 km/h por la autopista para conseguir un fotón que, en el fondo, a poca gente le importa.
Un ejemplo más de cómo la estupidez humana puede llegar a ser más letal que la propia naturaleza. Un estudio donde finalmente queda latente que, al fin y al cabo, el postureo mata. Así que… ¡más sesiones de surf y menos posar ante la cámara! Quién sabe, igual así se salvan unas cuantas vidas.