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Un esquiador profesional retransmite en directo cómo se estrella con su avión en el mar

Una experiencia de lo más alocada que acabó con final feliz y algunas picaduras de medusa. Todo ello contado en un vídeo filmado durante el rescate.

El aeronave de Lush hundiéndose en el agua después del accidente
Youtube

Estrellarse con un avión y vivir para contarlo es algo que pocas personas pueden contar en esta vida. Más extraño aún es salir completamente ileso del percance y ponerse a retransmitir la experiencia a través del móvil. Este es el caso del freeskier profesional David Lesh –creador de la marca de ropa Virtika- que, mientras estaba pilotando con su avioneta por las costas de San Francisco, vio cómo el aparato empezó a perder fuerza después de un fallo del motor y acabó estrellándose contra el agua.

Su amigo Owen Leipelt, el cual iba en otra avioneta para hacerle una sesión de fotos a Lesh, pudo filmar cómo el aeronave del mismo se estrellaba junto con su compañera. Y fue el mismo Lesh quien se encargó de filmar el resto del proceso: desde la avioneta hundiéndose en el agua hasta el mismo rescate en helicóptero. Leipelt, el cual se quedó dando vueltas por la zona para no perderles de vista, avisó a las autoridades de rescate, que se plantaron allí en poco más de 45 minutos.

Y es que sobrevivir a una cosa así no habitual. La gente que puede contarlo suele decir que “ha vuelto a nacer” o se ponen existencialistas ya para el resto de sus vidas. Pero en el caso de Lesh, nada. Con toda la calma del mundo y sin entrar en pánico, David se pone a contar su experiencia cual youtuber mientras detrás el avión se sumerge lentamente bajo el agua.

Un encuadre totalmente surrealista que, sin duda, denota cómo los nervios de un deportista extremo son de acero puro en una situación de riesgo. Sin embargo, los problemas empezaron a llegar durante la larga espera del helicóptero de rescate pues, más allá de que el agua estaba congelada y acabaron con algo de hipotermia, un sinfín de medusas merodeaban por la zona y acabaron picando por doquier a los dos pobres afectados (¡45 minutos!). Aún así, algunas picadas y algo de frío es el mejor balance que puede resultar de un accidente de avión ¡Qué locura!