El pasado día 15 tuvo lugar un suceso trágico para el mundo del skate: el atropello de un skater por parte de un conductor en estado de embriaguez en la localidad de Concepción, Chile. Por desgracia, Juan Pablo Rojas, un joven patinador de 16 años, acabó muriendo horas más tarde debido a la gravedad de las lesiones provocadas por el golpe.

En un principio, el conductor fue detenido por las autoridades locales después de que este diera positivo por alcoholemia con la exorbitante cifra de 0,75. Inmediatamente y sin medidas cautelares, el acusado salió en libertad después del suceso, lo que provocó la indignación de más de un centenar de estudiantes, amigos y compañeros, los cuales se congregaron delante de los juzgados para linchar al conductor durante la primera audiencia judicial del caso.

A la indignación de quienes acudieron a la cita por parte de la víctima hay que sumarle, según relatan compañeros de escuela, que amigos y familiares del acusado les provocaron con mofas e insultos. Algo que indignó aún más al circulo de conocidos de la víctima después de ver cómo la policía escoltaba y protegía al acusado, resultando la situación en agresiones violentas –tales como lanzamiento de piedras y empujones- por parte de los compañeros de Juan Pablo.

Por desgracia, los incidentes no cambian la situación final: el acusado queda en libertad condicional y la fiscalía ha declarado tres meses de investigación para acabar de determinar las causas exactas del caso. El juez ha determinado que el chófer solo será investigado por ir conduciendo en estado de embriaguez y la comunidad local de Concepción seguirá pidiendo justicia para Juan Pablo Rojas.