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Bodysurf

Un bodysurfer pierde su Apple Watch surfeando y el mar se lo devuelve 6 meses más tarde

Un señor de California perdió su reloj mientras practicaba bodysurf en Huntington Beach. Después de 6 meses, el mar decidió escupirlo en las mismas costas.

Bodysurfer con su Apple Watch en la mano 6 meses después de haberlo perdido en Huntington Beach, California.
KTLA 5

¿Te imaginas recuperar algo que has perdido en un sitio tan sumamente grande como es el océano? Este surfista puede decir que lo ha conseguido. Robert Brainer, bodysurfer de Huntington beach, perdió su Apple Watch después de caer al intentar coger una ola. Después de buscarlo durante más de una hora, decidió darlo por perdido y dejarse las pelas –muy a regañadientes- en otro nuevo.

Según Robert, este aparato es una herramienta de lo más esencial para surfear ya que, gracias al reloj en cuestión, cualquier deportista puede monitorizar la velocidad de sus olas y sus constantes, además de trackear su posición y los movimientos realizados en el agua. Aunque bueno, no nos engañemos, es un dispositivo que no lo 'regalan'.

Pero tal como se fue, vino. Algo tan poético como la voluntad del mar para recuperar lo que es tuyo. La aleatoriedad de la naturaleza es algo incomprensible y a veces, tal como nos fastidia, acaba por favorecernos. Esta vez le tocó a Brainer que, después de dar por su reloj por perdido, consiguió encontrarse 6 meses más tarde con su querida herramienta después de que un hombre lo encontrara 3 millas costa abajo. El azar nunca dejará de sorprendernos.

La historia completa la cuenta el periodista Rich De Muro, especializado en noticias tecnológicas, en KTLA 5:

This bodysurfer lost his Apple Watch in the ocean. It turned up 6 months later...and it still worked. As seen on the KTLA 5 Morning News

Posted by Rich DeMuro on Wednesday, April 24, 2019

Más allá de lo raro que es que un reloj resistente al agua -pero no preparado para sumergirse tanto tiempo- resista 6 meses, la voluntad del buen samaritano que encontró el reloj fue lo que realmente le devolvió a Brainer su querido aparato. Porque en el fondo, cuando algo se pierde en el mar, suele acabar en las arenas de alguna costa. Ahí queda la empatía de cada uno de devolver las cosas a su propietario. ¡Una historia con final feliz!