Ha salido a la luz un vídeo donde aparece un padre agrediendo a un chaval que estaba abusando de su hijo en la ciudad de Lismore, Australia. El vídeo habla por sí solo. Una imagen de lo más lamentable que no hace nada más que perpetuar un problema que se debería arreglarse con unas palabras o, cuanto menos, de otra manera no violenta.

¿Conocéis esa frase de que el fuego no se apaga con más fuego? Pues este vídeo no podría ser más representativo de este dicho cada vez más presente en nuestra sociedad. La tremenda imagen de éste padre agarrando por el cuello y empujando a un niño ha puesto el foco de debate en cómo debemos lidiar con los abusones.

Y más tratándose de unos críos. Es obvio qué abusar de alguien no está justificado y hay que denunciarlo y buscarle solución. Pero potro otra parte, ¿quién sabe si este chaval no esta viviendo este mismo tipo de situaciones en otro contexto? Lo que nos diferencia de los niños es la capacidad de ser racionales y “tocar de pies al suelo” y este padre ha demostrado ser todo lo contrario.

La violencia siempre trae más violencia, y eso es de manual. La venganza nunca es la solución ¿Qué clase de valores le está enseñando este padre a su hijo? ¿Cómo se defenderá este chico ante otras posibles agresiones? En una situación así hay que ir al foco de los problemas: hablar con los padres del abusón, denunciar su actitud... pero nunca jamás llegar a las manos, agredir con un patinete o lanzar a un niño al interior un bowl; y ninguna de las dos actitudes debería tener cabida en nuestros queridos skateparks.