El ex de Jackass Bam Margera explica 'toda la verdad' sobre su adicción a las drogas
El popular ex skater profesional y ex de Jackass sale al paso de los múltiples rumores sobre su tercer ingreso en rehabilitación asincerándose sobre su historia.
Bam Margera empezó 2019 entrando por tercera vez en su vida en un centro de rehabilitación. La primera tuvo un regreso triunfal con un buen clip patinando por España. La segunda fue en enero del 2018 y consiguió mantenerse sobrio durante 8 meses.
A finales del 2018 Margera fue noticia por la gran fiesta que montó en su casa –el famoso Castle Bam de Viva La Vam de MTV- para construir un nuevo skatepark. El último día del año anunciaba en Instagram su tercera etapa en rehabilitación con una foto junto a su hijo Phoenix Wolf.
El post de Bam Margera dio pie a todo tipo de rumores en redes sociales sobre su adicción al alcohol y a las drogas. Mientras, el ex de Jackass entró en rehabilitación y empezó a contar cómo le iba mediante los escritos que hacía en la terapia.
En el primero de ellos, con un escrito muy claro: "Ya he perdido demasiado tiempo llorando la muerte de Ryan Dunn (su mejor amigo). Tengo 39 años y se ha acabado la fiesta".
En el segundo explicaba todo lo que echaba de menos. En el tercero, que constaba ni más ni menos que de 8 fotos a 8 páginas de un cuaderno, explicaba "toda la verdad y nada más que la verdad" sobre su rehabilitación. Iba dirigido a los "queridos gilipollas que habláis mierdas sobre mi sobriedad".
Cómo volvió a beber
El ex skater profesional se mantuvo sobrio hasta que fue robado a punta de pistola en Colombia. Asustado, lejos de casa y con ansiedad, abrió el minibar del hotel y se tomó un par de cervezas para relajarse.
Esas dos cervezas se convirtieron en algunos vodkas cada 2 o 3 días. Trató de limitarlo y parecía que funcionaba: ya no se meaba en las barras de los bares ni se peleaba con quien le mirara mal.
Aunque estaba haciendo un esfuerzo y le iba bien, pensó que si sus amigos -como Steve O y Brandon Novak- se habían recuperado del todo de adicciones peores, él también podía estar limpio del todo. Así, volvió a rehabilitación.
Beber de aburrimiento
Cuenta Bam Margera que en el centro pudo ver que tanto sus amigos como los compañeros que allí tenía sufrían de un gran problema y necesitaban arreglarlo, mientras que el suyo era que cuando se aburría se ponía a beber alcohol para dejar de aburrirse. Y nunca tuvo problemas de pastillas (que ni le sientan bien), más allá del consumo muy puntual de cocaína.
Fue así como en tan solo 5 días en los que se aburría la mayor parte del tiempo descubrió que si no tenía alcohol a mano, ese aburrimiento se transformaba en creatividad, en una explosión de ideas, ganas de hacer ejercicio, patinar, entrenar, practicar yoga, caminar, ir en bici... y que estar ocupado con todo esto le aleja de las tentaciones de beber.
Vuelta a casa
Si a todo ello se le suma que no podía hacer ninguna de las cosas que le mantenían alejado del alcohol (hacer llamadas de negocios, responder a la app de Cameo, controlar la construcción de su skatepark, ir al gimnasio, etc), lo tuvo claro: iba a salir de allí.
En una hora tenía el Bentley en la puerta y se iba sin que pudieran convencerle de lo contrario. Hoy en día, afirma que no tiene necesidad de beber porque no tiene tiempo para estar aburrido y porque el alcohol le hace perder el foco de lo que tiene que hacer. Que el alcohol le ha dado buenso y malos momentos pero que ya se ha despedido de él. Que no está solo, sino acompañado por amigos y familia sobria, así como terapeutas, coaches e incluso sponsors. Y que no ha dejado rehabilitación para salir de fiesta. "Que os jodan a los que pensáis esto", sentencia.
La postdata de Bam Margera
Para acabar su escrito, Bam Margera explica que lo primero que se hace en rehabilitación es presentar tu historia a los demás. Primero relata la de uno de sus compañeros enganchado al speed y la heroína que ha ido entrando y saliendo de prisiones, hospitales y centros de desintoxicación.
Luego, resume la suya. Tuvo su primer monopatín en segundo de primaria. Se enamoró al instante. Quería ser como Tony Hawk, tener un Ferrari rojo y salir en TV haciendo cosas divertidas. Se bebió sus primeras cervezas cuando una chcia le dejó y le rompió el corazón. Con 16 ya era Pro de Toy Machine Skateboards. Con 17 vendió 1 millón de copias de CKY y compró una casa para sus padres y un Ferrari para él. Con 20 estaba en Element y Jackass, con muchos millones de dólares en su bolsillo. Con 28 había completado casi cada meta que tenía. Empezó fumar tabaco y a beber. Más y más. Eventualmente tomaba cocaína. Vio como su amigo Brandon Novak truncava su carrera profesional por las drogas y se convertía en un embustero. Él nunca tomó pastillas porque no le sentaban bien. Pero sí bebió más por la muerte de su amigo Ryan Dunn. Su mujer dejó de beber cuando nació Phoenix Wolf. Ahora, Bam Margera quiere decir adiós al alcohol y terminar sus 'misiones'.¿Lo conseguirá? ¡Esperemos que sí!