"El coche tenía 53 años, ha sido capaz de sobrevivir a todo tipo de situaciones y no ha podido hacerlo a 11 días en Alaska", dice Tom Cotter tras ver como un oso grizzly había destrozado un Shelby Cobra 289.

El coche, un deportivo del 1965 valorado en un millón de dólares, estaba aparcado en el Alyeska Ski Resort de Alaska (Estados Unidos) con unas Newtons dentro, unas pastitas rellenas de higo a las que un grizzly no se pudo resistir.

El oso, de una de las especies más grandes que existen, atacó de noche y dejó un gran agujero en el Shelby Cobra 289. La policía supo que había sido un oso porque dejó pelos en el camino...

Por suerte, el propietario se lo tomó bien y comentó que "no ha pasado nada que no tenga arreglo"y añadió que "a este coche se le conocerá siempre como "The Bear Cobra".

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