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VUELTA A ESPAÑA | ÓSCAR PEREIRO

Pereiro: “¿Mas? Cuando me caí en el Tour por un barranco ya nunca volví a bajar igual”

El exciclista gallego (Mos, 45 años) analiza para AS una ilusionante Vuelta a España por el recorrido y su “mejor participación de los últimos años”.

Madrid
26/07/2022  CICLISMO 
OSCAR PEREIRO VISITA REDACCION DIARIOAS  
ENTREVISTA REPORTAJE
DANI SANCHEZDIARIO AS

Óscar Pereiro (Mos, 45 años) fue el ideólogo de una de las jornadas decisivas de la pasada Vuelta a España, con ese recorrido ideal para emboscadas que dejó imágenes para el recuerdo en las carreteras de su tierra, Galicia, donde Miguel Ángel López abandonó a unos 20 km de la meta por la pura impotencia que supuso para él perder el podio de la ronda española. En su visita a la redacción de AS, el embajador de Ecovidrio (empresa que colabora con La Vuelta con el objetivo de crear una carrera cada vez más sostenible) confiesa su deseo de que, al igual que el año pasado, la próxima edición de La Vuelta se decida en el penúltimo día.

¿Cómo vivió el pasado Tour de Francia?

-Lo resumiría, desde que tengo uso de razón, como el mejor Tour de la historia. Muy pocos días hemos visto Tours de 18 días de estar todos enganchados a la televisión, incluso en etapas llanas. La locura de Van Aert, la manera de competir de Pogacar, lo que pasó en el Granon... Todo lo que no fuera que el esloveno no ganase iba a ser una sorpresa para todos. Vingegaard venció de una forma que nadie esperaba.

¿Cuál fue la clave de la derrota de Pogacar?

-Puede haber varias lecturas. Una, que nunca la sabremos, es que Pogacar hubiera estado afectado por la COVID. La segunda es que compitió desde febrero a máximo nivel. Vingegaard, por contra, preparó el Tour desde Dauphiné. En el propio Tour, Pogacar es el único de los ‘gallos’ que intenta meter segundos en meta cada día. A Vingegaard le vimos atacar dos veces y ambas fueron para dar la puntilla. Vi al esloveno muy ansioso de querer ganar el Tour desde el primer día y machacar a sus rivales. Igual Vingegaard estuvo a más nivel que Tadej, es algo que tendremos que ver con el tiempo.

¿Qué podemos esperar de Vingegaard en el futuro?

-El danés ya no es ninguna sorpresa. Es un corredor que está más que contrastado. El Vingegaard-Pogacar será el duelo que veremos los próximos años. Probablemente Roglic, si cambia de aires, puede sumarse ahí con un equipo diferente. Aún así, creo que el danés y el esloveno están por encima del resto.

Después del grandísimo Tour que hizo Van Aert, ¿cree que podemos verle disputar la general del Tour?

-Van Aert es un corredor espectáculo, un portento de la naturaleza. Le sigo desde sus inicios en ciclocross, pero lo que está haciendo en carretera es la leche. Tiene una manera de correr muy alocada, pero bendita locura. Si se propone ganar una gran vuelta íbamos a perder el corredor que es, porque su manera de correr enamora el público. Siempre estará la incógnita. Es un corredor que sube muy bien, pero no es un escalador puro y nunca le hemos visto apretar durante 21 días seguidos. Si pierde mucho peso puede perder rendimiento en esprints y cronos. Aspirar a ganar el Tour y renunciar a un año entero de lo que te gusta hacer, o seguir divirtiéndote. Es su decisión.

En clave de Vuelta, ¿qué espera de la próxima ronda española?

-Me llevé un chasco al enterarme de que Pogacar no iba a estar. Viendo la participación prevista iba a ser tremenda, pero aún así es buena. Quería ver otra vez esa guerra Roglic-Pogacar, pero asimilando que eso no podrá ser, va a ser una de las mejores participaciones de los últimos años. La Vuelta está apretadísima siempre hasta las últimas etapas, así que espero que los ‘gallos’ no decidan La Vuelta hasta el penúltimo día. Va a ser de mucha calidad y hay gente que tiene que hacer los deberes: Roglic se juega aquí su temporada, Carapaz está obligado a ganar... En cuanto a los españoles, estará Carlos Rodríguez y ojalá que la ausencia de Pogacar haga que venga Juan Ayuso. Tengo muchas ganas de ver a estos corredores crecer.

Entonces, ¿puede llegar viva la carrera a esa etapa de la sierra de Madrid?

-Ciegamente te digo que sí, porque así lo dice la historia de los últimos años. No quiero que La Vuelta se decida antes y que llegue viva al último día.

¿Qué otras etapas pueden decidir la carrera?

-Peñas Blancas, en Alicante, es un puerto complicado... En La Vuelta no hay una etapa donde se vea claramente que allí se decidirá todo. La Vuelta es una trampa diaria. Es una carrera que coloca 21 días muy bien estratégicamente. Por ejemplo, la etapa camino a Cabo de Gata, si sopla viento, puede ser un día muy complicado. En la montaña será la supervivencia del día a día. Hay mucha igualdad y eso es lo bonito de nuestra carrera.

Óscar Pereiro, embajador de Ecovidrio, en la redacción de AS.
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Óscar Pereiro, embajador de Ecovidrio, en la redacción de AS.DANI SANCHEZDIARIO AS

Uno de los grandes atractivos será el debut de Evenepoel. ¿Qué espera del corredor belga?

-Tuvo su primer intento en el Giro de Italia y no le salió muy allá. Sabemos que es un corredor que vuela en carreras de cinco días, en clásicas, en crono va muy rápido... Le queda la asignatura de que puede con 21 días al máximo nivel. Es un corredor que me encanta, incluso su desparpajo. Tiene mucha personalidad. Es la gran duda que tenemos todos, de si ese poderío físico que demuestra es capaz de mantenerlo durante tres semanas.

También se espera que esté Enric Mas, a pesar de que reconociera abiertamente el problema que tiene con los descensos. ¿Ha podido superar esta situación desde su abandono en el Tour?

-Es complicado. Es un problema importante. Cuando yo tuve aquella caída en el Tour, que me fui abajo por un barranco, no volví a bajar igual en bicicleta. Estuve a punto de matarme y a partir de ahí, incluso a día de hoy como cicloturista, cada vez que voy un poco más rápido de la cuenta me vienen imágenes de aquello a la cabeza. En el Tour se le juntaron muchas cosas: la cabeza, las piernas, el covid, la crítica social... Enric es muy buen corredor, pero no es Alberto Contador, tiene otra forma de correr. Creo que está pagando esa comparativa que le hicimos todos. Necesita liberarse y evadirse de todo.

En las quinielas de favoritos también entran otros corredores que vienen del Giro, como Hindley y Carapaz. ¿Es mayor ventaja para ellos respecto a los que llegan del Tour?

-Lo ideal es Giro y Vuelta. Pero ya vimos que Roglic perdió el Tour con Pogacar y luego ganó La Vuelta. Depende del nivel de competición que tengan y lo preparados que estén psicológicamente. El Tour te da un punto de la leche. Es verdad que los del Giro vienen más descansados, pero hay que trabajar mucho en la sombra, y eso mentalmente es complicado. Alguien que acaba el Tour no demasiado fundido tiene un aire que no lo tendrán los que vengan del Giro.

Como mencionaba antes, veremos los debuts de promesas españolas como Carlos Rodríguez y Raúl García Pierna. ¿Qué espera de ellos?

-Carlos ya tiene la presión. Él mismo está exigiendo, entre comillas, el liderato del equipo. Todos sabemos que tiene calidad, porque lo ha demostrado, y también personalidad para asumir el liderazgo del Ineos en La Vuelta. Tiene mucho talento, desparpajo, ya ha ganado carreras este año... Pero ahora hay que verlo 21 días con la presión que eso supone. Estoy convencido de que hará grandísimas etapas, pero su situación puede ser parecida a la de Evenepoel. Tienen que descubrirse como vueltómanos. Raúl es muy joven. Es un gran especialista contra el crono, tiene mucho futuro y de aquí en adelante sólo le queda crecer. Tiene mucho margen de mejora y es un corredor valiente.

Dentro del elenco de favoritos, ¿quién sería para usted el candidato número uno al título?

-Si sale, para mí la vitola de favorito la tiene quien gana el año anterior. Quien quiera ganar La Vuelta, si está al 100%, deberá batir a Roglic. Ha demostrado que tiene tomada la medida a la carrera. El Jumbo traerá un equipazo también, por tanto, sería el gran favorito. Carapaz sería el aspirante número uno y a partir de ahí hay corredores muy buenos, como Hindley, Evenepoel, Enric Mas y compañía, que tienen que desbancar a un tío que lleva tres Vueltas en su palmarés.