Un arcoíris dorado: Evenepoel, oro en la crono y a por el poker
El belga se convierte en el primer ciclista masculino que gana la prueba en un mismo año tanto en los Juegos como en el Mundial. En una semana, la ruta.
Lo inevitable, pese a un susto inicial con la cadena, se abrió paso a 52 km/h. “Sólo hay un favorito”, no dudaba en aseverar el italiano Filippo Ganna, oro en 2020 y 2021 y plata esta vez. Y ese favorito cumplió con su papel. Este domingo, Remco Evenepoel (24 años), en Zúrich, se proclamó campeón del mundo contrarreloj (53:01 minutos). El belga, con su victoria número 100 si se cuentan los triunfos como juvenil, cuando ya amenazaba con instaurar una nueva era, revalidó su arcoíris del año pasado y, además, se convirtió en el primer ciclista masculino en ganar en el mismo año el oro olímpico y el mundial (horas antes, la australiana Grace Brown también repitió en categoría femenina). De su doblete a los pies de la Torre Eiffel a levantar los brazos encima de la cabra antes de cruzar la meta, otra escena icónica. El próximo domingo, en la prueba en ruta, buscará el poker. Contra la historia. Y contra su forma humana: Tadej Pogacar.
Pese a la sensación de superioridad y a la celebración, para la que tenía pocos segundos de margen (ganó por seis), no fue sencillo. “Ha sido la crono más difícil de mi vida”, aseguró Evenepoel al cruzar la meta. El belga vivió una contrarreloj antes de la contrarreloj. Como se anticipaba, sufrió segundos muy tensos antes de entrar en acción al salirse la cadena de su bici, totalmente dorada por el doble éxito olímpico. Faltaba poco más de un minuto para que le tocara bajar por la rampa. Uno de los componentes del equipo belga (qué marrón el suyo) se afanaba para enderezar la situación luchando contra el monopolato, de relación complicada con las cadenas (como ya demostró Primoz Roglic en Monte Lussari). Remco, fiel a su carácter, tan explosivo como sus piernas, apartaba las cámaras con un golpe y rezaba para no tener que utilizar la bici de repuesto, ya preparada a su lado. No hizo falta. Salió con su tuneado bólido y empezó a mandar.
Tras unos primeros minutos en los que intentó poner en marcha el potenciómetro, algo que le condicionó durante todo el recorrido, de 42 kilómetros en total, Evenepoel llegó al primer punto intermedio para marcar territorio desde el principio. Con un tiempo de 13:39 minutos, le rascó seis segundos a Ganna (al final, la diferencia definitiva). El italiano, pese al bajo perfil con el que se presentaba al público, plantaba un muro frente al resto de favoritos. En el segundo control, la brecha aún se incrementó más. Tanto entre el belga, que sufrió en esa parte, con el repecho más duro del trayecto (muy llano y sin grandes dificultades técnicas), y el de Verbania, como con el resto, que ya sólo podía pensar en el bronce. La diferencia fue tal que, en meta, Ganna dobló a Roglic, que fue 12º y, sin pretenderlo, ejerció de liebre. Ni así cedió Evenepoel, que estuvo escudado en el podio por otro italiano, Edoardo Affini, reciente campeón de Europa. Uno más bajo la tiranía de Remco.
Una victoria como las de antes
Entre el resto de candidatos, ninguno pudo inquietar de cara a la lucha por el oro. El británico Joshua Tarling, futuro muy presente a sus 20 años (campeón de Europa, bronce mundial el año pasado y, seguramente, fuera del podio olímpico por problemas mecánicos), fue cuarto, a casi un minuto de Evenepoel. El australiano Jay Vine, que rodaba en tiempos de podio y sufrió su enésima caída, fue quinto y ya se fue más allá de los 60 segundos. Los españoles, David de la Cruz y Raúl García Pierna, 25º y 26º, se quedaron a unos tres minutos y medio del belga, un ciclista moderno, de vatios, pero que rodó por sensaciones. Como antes. “Sin tener el medidor de potencia, fue una locura mantener el ritmo en los últimos cinco kilómetros (Ganna, que llegó estar a 19 segundos, recortó la diferencia ahí). Tenía que empujar, pero no podía pasar el límite porque no sabía exactamente lo que estaba haciendo”, reveló Evenepoel, que ya piensa en Pogacar.
Grace Brown: otro doblete... antes del adiós
Como Evenepoel, como se indicaba, unas horas antes que el belga, Grace Brown también enlazó su victoria en la contrarreloj de los Juegos con el oro mundial. La australiana, con un tiempo de 39:16 minutos sobre un recorrido de 29,9 kilómetros, se impuso a la neerlandesa Demi Vollering, con la que mantuvo un ajustado duelo a lo largo de toda la mañana. En el primer punto de control, Brown dominaba por seis segundos. En el segundo, iba nueve por detrás. Gracias al tramo final, impresionante, terminó 17 segundos por delante de Vollering, con la estadounidense Chloé Dygert, que defendía arcoíris, cerrando el podio. “La verdad es que estos últimos meses me siento como si estuviera en un sueño. Fue un planteamiento muy diferente al de los Juegos. Repasé mi plan mil veces y tenía todos los detalles ajustados”, celebró Grace, que se retirará después de la prueba en ruta de la semana que viene. Un adiós dorado.
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