“Un segundo día de descanso” para todos los favoritos

Días atrás, Tadej Pogacar dijo que, de cara a la general, “los días para los velocistas” son a veces más peligrosos para los favoritos de cara a la general porque no tienen esa tensión que llevan en sus cuerpos desde la salida en las jornadas montañosas. En la salida de Orleans, los equipos estaban pendientes del viento y de su posible protagonismo. De inicio, aunque arrancaron desde el centro de la localidad y no era un test definitivo, comprobaron que no afectaba en exceso, pero faltaba el test final de comprobarlo en carretera abierta, sin nada que protegiese a los corredores más allá de sus propios compañeros.

Vieron que no afectaba y que era día únicamente para salvarlo hasta meta sin incidencias. “Estoy feliz porque fue una jornada fácil y después del día de descanso siempre hay que estar atento. No hubo viento y la llegada sí que fue con un ritmo alto, y por eso había que estar bien situado en el primer grupo”, dice Pogacar, que mira la jornada de este miércoles en el Macizo Central con optimismo

“Es un final explosivo, con puertos muy duros. Es una región que me gusta, espero tener buenas piernas. El final es muy duro y difícil de prever lo que puede pasar”. Otro que valoró de manera positiva la tranquila jornada de ayer fue el segundo clasificado en la general, Remco Evenepoel: “Fue casi como un segundo día libre. Estaba un poco nervioso por el riesgo de sufrir vientos laterales, pero mi equipo permaneció alerta todo el día. Al final no hubo nada que lamentar”. Vingegaard, antes de partir en Orleans, bromeó con el bigote que se está dejando: “Hasta que mi mujer vuelva”.

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