Nuevo plan anti-Pogacar
El Jumbo asegura tener las claves para volver a ganar al esloveno en el Tour. “Ya no podemos atacar como en el Granon”, dice Vingegaard.
Todos contra Pogacar y, esta vez, el esloveno cedió. Así se planteaba el Tour de Francia 2022 y así lo entendió el Jumbo, el equipo con más posibilidades en sus filas. Desde lo colectivo, pero haciendo valer sus enormes posibilidades individuales, la escuadra neerlandesa descifró el enigma, encontró la pócima secreta más buscada dentro del pelotón internacional. En el último tramo del Télégraphe, los peones empezaron a moverse. Tras el descenso, ya se había cumplido la primera parte de la misión: aislar a Pogi, el contexto perfecto para lanzar una sucesión interminable de ataques. Ahora, Vingegaard; ahora, Roglic. Acelerón tras acelerón con Tadej, a base de arrebatos consustanciales a su forma de correr, respondiendo a todo. Tomando la ofensiva, incluso. Durante el ascenso, con su habitual carisma, había hecho gestos de cansancio a cámara. Eran en tono jocoso, pero terminarían siendo reales. En el Granon, y tras dejar una imagen para la historia, la del esloveno rodeado por hasta cuatro cuerpos del Jumbo, Vinge hacía bueno todo el trabajo anterior. Con un zarpazo de 2:51 minutos, ponía rumbo a los Campos Elíseos.
Pogacar lo intentó hasta el final, pero ya no hubo forma de recuperar el terreno perdido. El muro amarillo era demasiado alto y Vingegaard, en particular, una gran punta de lanza. “Esperaba que Pogacar me probara, tal y como espero que lo haga también durante las próximas etapas. Tengo la suerte de que me apoya un equipo que probablemente sea el mejor de este Tour de Francia, como quedó patente el miércoles y también hoy”, reflexionaba Jonas tras resistir las embestidas de Tadej en Alpe d’Huez. Análisis certero. El guion se repitió hasta la meta parisina. En 2023, se busca darle continuidad, pero con cambios inevitables. “El año pasado desciframos el código para vencer a Pogacar. Sabemos cómo hacerle daño y en qué aspectos Jonas es superior a él. Vamos de nuevo al Tour con un buen plan y creemos que podemos volver a ir a por la amarilla con Jonas”, aseguraba el director deportivo del equipo, Merijn Zeeman, durante la presentación del mismo.
Misma ambición, pero sin Roglic
De entrada, Roglic, líder para el Giro de Italia, no será de la partida en la gran ronda francesa. El esloveno, por lo tanto, no formará parte de un nuevo plan que mantendrá a Wout van Aert. “También (Van Aert) tendrá libertad y continuaremos compitiendo agresivamente como siempre lo hacemos, pero ya no podemos atacar como en el Col du Granon”, anticipaba esta semana el propio Vingegaard. Ya no existe el factor sorpresa y, además, las piezas, no tanto en volumen como en peso, cambiarán. Sepp Kuss, Christophe Laporte y Tiesj Benoot, salvo sorpresa, parecen destinados a repetir. A ellos, se puede unir uno de los fichajes estrella de la temporada, Dylan van Baarle, pero aún queda mucho calendario por delante para definir el ocho. Jonas, con todo ello, asumirá el liderazgo en solitario en los grandes puertos, algo que “marca la diferencia”. “Es diferente ir al Tour ahora, en comparación con el año pasado. De alguna manera hay más presión, pero también menos porque lo conseguimos. Si no lo vuelvo a ganar en mi carrera, puedo estar muy feliz con lo que he hecho”, se protege el danés. A medio año de la Grand Départ, el nuevo plan ya está en marcha.