La hora de Vingegaard
El danés minimiza las pérdidas en la primera semana del Tour de Francia y espera “subir el nivel”. Está a 1:15 del líder Pogacar.
Amanece en Ardon, a escasos de cinco kilómetros de Orleans, con el Visma compartiendo hotel con un equipo feliz y en el que todo son sonrisas como es el TotalEnergies por la victoria de su corredor, Anthony Turgis, el día anterior en Troyes. En el Visma también se ven rostros de simpatía, incluso de tranquilidad, pese a que no están al frente en el Tour de Francia. Contaban con ello, pero sus sensaciones son buenas porque, tras nueve etapas, están más cerca del liderato de lo que pensaban.
El accidente de Vingegaard a inicios de abril en la Itzulia cambió toda la planificación, obligó a un trabajo a destiempo, con plazos recortados, de cara a poder estar en la salida de Florencia. El danés lo consiguió, y el principal temor era no ceder mucho en el primer tercio de la carrera. Es tercero, a 1:15 de Pogacar, y dan por cumplido el trabajo. Ahora, toca cambiar el plan.
“Me siento mejor, veo que tengo un nivel alto, mucho más del que esperaba con tan solo un mes y medio de preparación. Es difícil todavía saber el nivel real porque tan solo tuvimos un test importante de montaña (el Galibier), pero el balance hasta el momento es bueno. Las etapas del fin de semana (Pirineos) y, especialmente, la última semana será donde veremos realmente el estado de forma”, dijo Vingegaard, que bajó de su habitación al hall del hotel a atender a los medios con chancletas y unos calcetines decorados con el rostro de su hija, la pequeña Frida.
Un aviso: “Metí 7:30 minutos en dos días”
Tanto Evenepoel como Pogacar hablaron del danés desde la lejanía, con cierto desacuerdo, porque el campeón de las dos últimas ediciones del Tour no quiso colaborar en un momento en el que los tres estaban fugados respecto al resto de favoritos camino de Troyes. “La jornada del gravel, para nosotros, era un día cuyo objetivo era no perder tiempo. Y, gracias a nuestras tácticas, lo conseguimos. Tal vez hay gente que no lo entienda, pero ese es su problema”, puntualizó el dorsal 1 de este Tour.
“Espero seguir creciendo y subir el nivel. De algún modo, la caída lo cambió todo, pero estoy feliz de estar vivo, de estar aquí. Si no consigo la victoria, la vida continúa”, destacó un emotivo Jonas que, a sus 27 años, será padre por segunda vez. Para acabar, y sobre qué margen de tiempo sería el máximo de cara a recortar a Pogacar, Vingegaard dejó un dato: “El año pasado conseguí siete minutos y medio en dos días, así que todo puede pasar”.
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