Ion Izagirre: “Sabía que llegaba al Tour en un gran estado de forma”

Para el sábado, con la llegada en Morzine, buena parte de los focos estaban en Ion Izagirre. La última vez que llegó el Tour a este desenlace, en 2016, el triunfo fue para el vasco, su única conquista en el Tour, al ser el más fuerte y cruzar la meta en solitario. El del Cofidis no esperó, y en Belleville-en-Beaujolais se impuso a lo grande. Sabía que era jornada para una fuga, aunque tardó mucho en consolidarse, y ahí estaba Ion, con su equipo representando por partida doble con Guillaume Martin. Una aventura en solitario de 30 km hacia la meta, dos de ellos en ascensión, y tras llegar desde atrás. Nada más cruzar la línea, y tras llevarse la mano a la oreja con dedicatoria para su hija Iraia, que soplaba cuatro velas, se emocionó.

“Se hace largo, y nunca sabes lo que va a pasar, pero me sentía con fuerzas. Antes, no quería gastar balas, porque vi que atacaban en la subida. Pensaba que era por los puntos de la montaña. Estaba siendo muy duro y me estaba costando coger las escapadas. Luego, en solitario y en el descenso, quería tener una renta suficiente para que no tuvieran una referencia visual. Pasaron muchas cosas durante los kilómetros finales y fue todo muy emocionante”, dijo el vasco, de 34 años. El vasco aterrizó en el Cofidis en 2022 tras pasar por Euskaltel, Movistar, Bahrain y Astana. Por el equipo francés firmó por una temporada, se trataba de un cambio muy grande para él (en la mayoría parte de su carrera compartió equipo con su hermano mayor Gorka) y no quería arriesgar. A los pocos meses, durante el Tour de hace un año, renovó por dos temporadas. Había encontrado un lugar cómodo, donde es una de las grandes referencias. El Cofidis, hasta este año, no ganaba en el Tour desde 2008. En esta edición, ya suma dos, con el éxito de Lafay en San Sebastián y este de Ion, que luce en su maillot la bandera de España por su victoria en los Nacionales de 2021.

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“Es increíble. Llegábamos con el reto de ganar una etapa y hacer una buena general con Guillaume. Está saliendo todo genial. Me valoran muy bien y estamos en estado de gracia”, añadió un emocionado Izagirre. Se desenvuelve a la perfección en francés y no es muy amigo de las redes sociales, pese a que su mujer le insiste en que lo use más para promocionarse. Ion demuestra que mejor promoción es ganar en el Tour de Francia. Se perdió el cumpleaños de su pequeña, “uno de los grandes sacrificios” de ser ciclista, pero su dedicatoria, en la carrera más grande del mundo, fue inmejorable. En Salvatierra (Álava), donde vive, tiraron petardos durante la tarde y su padre, que participó en ciclocross en el pasado, salió a montar cuando vio que su hijo se metía en la fuga. Los nervios. A falta de 7 kilómetros le empezó a sonar el móvil y eso quería decir era buena señal.

“Sabía que a este Tour llegaba en buena forma. Tenía rabia de no haber tenido oportunidades en los Pirineos y esta vez salió todo perfecto. Por radio me decían que Guillaume estaba haciendo de cortante con todos los ataques que venían por detrás, fue espectacular”, apunta el del Cofidis, “un equipo con muchos vascos”. También tuvo un recuerdo para el reciente fallecido del que fuera ciclista Txomin Perurena: “La gente quizás nunca sabrá lo gran ciclista y la gran persona que fue. Me contaron muchas historias de él y fue una pena perderle. También ganó Pello el otro día, que los españoles llevábamos demasiados años sin ganar. Que siga la fiesta”. Y esto no acaba aquí: “Seguiremos luchando, ahora estamos con la moral por las nubes”. Ion Izagirre, ganador de etapa en el Giro, en la Vuelta y dos en el Tour: “La gente pensaba que hacía el símbolo de cuatro por eso. No, no. Era por Iraia”.