¿Hay Tour?: “Sin duda, Pogacar es el gran favorito”
Tras su duelo en Dauphiné, el propio Vingegaard señala al esloveno como principal candidato a la Grande Boucle. Evenepoel aún se ve “lejos” de los dos.


Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard cruzaron juntos la meta en la última etapa del Critérium del Dauphiné. Fueron los dos más fuertes de la carrera, sin discusión, pero con diferencias significativas entre ellos a menos de tres semanas del Tour de Francia (del 5 al 27 de julio), en el que el esloveno buscará su cuarta corona y el danés, la tercera. El del UAE, pletórico estos días, se llevó la prueba con una superioridad notable, sumando tres victorias de etapa. El del Visma, por su parte, que terminó a 59 segundos en la general, dejó la sensación de, ahora mismo, estar lejos de su rival en la montaña. No pudo responder a ninguno de los ataques y su única alegría fue en la contrarreloj, en la que sí rindió por encima de su némesis. Sensaciones opuestas. ¿Con tiempo para revertirlas?
“Espero poder dar un paso adelante en las próximas tres semanas”, respondió Vingegaard en Plateau du Mont-Cenis, donde atacó a Pogacar a 6,6 kilómetros del final. El esloveno respondió con soltura y, luego, no quiso apretar hasta la línea de meta, en la que podía conseguir su victoria 100 como profesional. Se la guardó para el Tour. “Necesito mejorar un poco todo, en la aceleración y también en las subidas más largas. Solo nos centramos en nosotros mismos, en nuestro proceso, y lo seguiremos haciendo”, añadió el del Visma, autocrítico y consecuente con lo visto en el Dauphiné. “Sin duda, Tadej es el gran favorito, pero no creo que subestimen (el UAE) a nadie. Tendrá más presión, pero creo que está en condiciones para manejarla”, completó en sus declaraciones ante los medios.
🗣️ La frustración de Evenepoel con Pogacar y Vingegaard: "Parece que el ritmo duro de los gregarios es ritmo de entrenamiento para ellos y te quita la moral"#Dauphiné pic.twitter.com/BEw71VMBW7
— Eurosport.es (@Eurosport_ES) June 15, 2025
La otra cara de la moneda fue Pogacar, en un estado de forma impresionante. “Estoy en la cima de mi carrera”, no dudó en afirmar. “Ha sido una semana realmente increíble. Podemos irnos a casa contentos para prepararnos para el Tour”, celebró el esloveno, que realizará una concentración en altura, en Isola 2000 (alpes franceses), y descansará tres días en casa antes de afrontar la Grande Boucle. “Sin duda, esto mejora la moral y la motivación para el Tour, nuestro principal objetivo de la temporada. Creo que es un impulso mental para todo el equipo. Ahora, quiero descansar bien y, luego, pensar un poco en la contrarreloj. Por lo demás, no creo que debamos apresurarnos en nada. Hay muchas cosas positivas y todo lo negativo se convertirá en positivo”, analizó sobre sus próximos pasos.
Dos objetivos: mantenerse y mejorar
En el caso de Pogacar, con un rendimiento impresionante todo el año (ganador de Strade Bianche, Tour de Flandes y Lieja-Bastoña-Lieja, con podios en Milán-San Remo y París-Roubaix), el objetivo será mantener su estado de forma actual. “Es difícil verme mejor que ayer en el Tour”, dijo después de su exhibición en la sexta etapa del Dauphiné, en la que le metió 1:01 minutos a Vingegaard. El danés, por su parte, buscará progresar en su estado físico, tal y como avanzaba. En su caso, el Dauphiné era la tercera carrera de la temporada y la primera en tres meses, después de abandonar la París-Niza por una caída y perderse la Volta a Catalunya. Teniéndolo todo en cuenta, el del Visma acabó “contento” con su rendimiento y con la esperanza de ir a más.
Remco Evenepoel, el tercero en discordia, el hombre que completó el podio del Tour el año pasado, tendrá el mismo objetivo. En el Dauphiné, el rendimiento del corredor del Soudal estuvo lejos de lo esperado. Brilló en la contrarreloj, pero se deshizo en la montaña. “Creo que intentaré trabajar en los cambios de ritmo. Cuando el ritmo ya es alto y ellos se lanzan, tengo que acostumbrarme. Es algo que no va en mi naturaleza, así que tengo que trabajar en ello. Mi contrarreloj estuvo a la altura, pero tengo que mejorar aún más en la escalada, porque todavía estoy bastante lejos de los dos grandes. Espero poder acercarme”, aceptó el belga, que acabó algo frustrado. “Parece que el ritmo duro de los gregarios es como un ritmo de entrenamiento para ellos (Pogacar y Vingegaard) y te quita la moral", añadió. En tres semanas, el examen final.
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