Girmay: “Repetir victoria y hacerlo de verde es especial”

En el trayecto entre Semur-en-Auxoiss y Colombey-les-Deux-Eglises, localidades de salida y de llegada de la etapa de ayer, fueron varios los supermercados Intermaché, algunos también con gasolinera incluida, los que estuvieron presentes durante el recorrido. Incluso, el propio equipo posó delante de uno de ellos antes de partir en un día lluvioso, el más frío de este Tour, con corredores inclusos con gorros invernales en línea de meta, contrastados con los pantalones cortos e incluso tirantes de los aficionados, totalmente empapados por la lluvia.

Muchos de ellos estuvieron horas de espera junto a la meta, en la localidad donde están enterrados los restos del general Charles de Gaulle (aquí falleció) para ver alzar los brazos al eritreo Girmay, que ya hizo historia en Turín esta misma semana al ser el primer africano negro que gana en el Tour y volvió a dejar su sello, siendo el primer corredor (y equipo) que repiten éxito en este Tour. Llegó al octavo día. “Ganar una etapa es ya algo increíble. Conseguir dos, y esta vez con el maillot de la regularidad, es ya muy especial”, dijo el eritreo luciendo su maillot verde, que ahora tiene más de cara tras el abandono de Mads Pedersen.

El danés, tras una caída en el esprint en el que ganó Cavendish, finalmente, y tras dos jornadas resistiendo el dolor, apareció ayer en la salida con el brazo en cabestrillo, aunque sin fracturas. Girmay, tras “agradecer” irónicamente el lanzamiento al equipo Cofidis, que trabajaron para Coquard, habló de su ambición: “Creo que lo que he conseguido es ya muy importante, pero ahora que tengo el maillot verde, voy a luchar al cien por cien para llevarlo hasta Niza. Un Turín me quité un gran peso y, pase lo que pase desde ahora, será un gran Tour para mí”.

Uno de los nombres propios de este Tour tras ocho etapas es el de Jonas Abrahamsen. El noruego, de 28 años, lleva prácticamente toda su vida deportiva ligado al Uno-X, equipo de su país que está cuajando su segunda participación en la carrera francesa, las mismas que lleva Jonas, que cada día tiene una cita con el podio para recibir el maillot de la montaña con sus icónicos lunares rojos. Volvió a sumar los pocos puntos que hubo en juego y ya atesora 33, por los 20 de Pogacar. Obviametne, una ventaja mínima, y es posible que este premio recaiga en uno de los de la general, pero el noruego lo peleará... y algo más, porque ayer incluso opositó por la etapa en solitario con una brillante galopada.

Abrahamsen, pese “al dolor de piernas”, fue el combativo

“Me duelen bastante las piernas, así que espero recuperarme bien para mañana. Me gusta tener dolor en las piernas, para que luego se fortalezcan. Luché por sumar los puntos posibles. Después, los corredores del Education First no siguieron el ritmo y lo único que intenté fue darlo todo para intentar conseguir la victoria”, dijo posteriormente en meta. Como era obvio, fue premiado como el más combativo de la etapa y avisa que seguirá intentando “probar suerte” en búsqueda de la deseada victoria.

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