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TOUR DE FRANCIA | ETAPA 14

Vingegaard: “No quería explotar”

Vingegaard y Pogacar muestran sus impresiones tras su enésimo duelo en el Tour. El danés sale del Joux Plane con 10 segundos sobre el esloveno.

MorzineActualizado a
Jesús Rubio

La consigna de salida para el Jumbo era clara. Reventar la carrera a base de ritmo, sin ataques, como en la década pasada hacía el Ineos, desgastando uno por uno a los integrantes del pelotón para que al final su líder quedase mano a mano con su mayor rival y poder rematarle. No fue así lo que sucedió exactamente, pero el Jumbo sacó rédito del día. Un segundo, algo efímero, pero que hace que Pogacar esté un pelín más lejos del amarillo pese a haberse mostrado más fuerte en el cara a cara. En este aspecto, importa más lo psicológico que ese segundo fruto de las bonificaciones, tanto de uno como otro, en Joux Plane y en meta.

“Fue una pelea de gallos y estoy muy contento de haber conseguido meterle un segundo a Pogacar. Me marqué mi propio ritmo cuando él atacó porque no quería explotar. Al final solo conseguí sacar un segundo más de ventaja sobre Tadej, pero sigo de amarillo y eso es lo más importante”, dijo Jonas Vingegaard, con una imagen corporal más animada que en días anteriores. Quedaban 3,7 km para coronar cuando el del UAE hizo su ataque, pero parecía una contrarreloj, marcando cada uno su ritmo, hasta que a falta de 1,7 de la cima el danés enlazó con la rueda de su gran rival. Luego, llegó la lucha por la bonificación en Joux Plane, y una moto cortó el ataque de un Pogacar que restó importancia al asunto: “Fue un poco vergonzoso, pero no cambiará el resultado final”.

Pogacar y Vingegaard, en el descenso de Joux Plane (Jesús Rubio)
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Pogacar y Vingegaard, en el descenso de Joux Plane (Jesús Rubio)

La última ascensión arrancó con 16 corredores, entre ellos cuatro del Jumbo y otros cuatro del UAE. Van Aert, que volvió al reducido grupo una vez se quedó, hizo un último servicio para ‘acabar’ con Majka, pero a la hora de la verdad, quedaron tres corredores por delante: dos UAE (Adam Yates y Pogacar) y un Jumbo (Vingegaard). Por detrás llegó Carlos Rodríguez y les dejó sin victoria de etapa, aunque la lucha de estos dos corredores es por un botín más mayor.

“Queríamos hacer la carrera dura y lo conseguimos. El trabajo de mis compañeros fue increíble. No sé si hay un ganador moral, pero yo estoy contento de cómo han ido las cosas y poco importa el ganador moral”, destacó Jonas. Mientras que su rival cree que “el Tour se decirá por segundos”, el danés tiene un pensamiento algo diferente: “Alguno de los dos cederá un día”. En el UAE la sensación era ded que habían salvado el envite que el Jumbo planteaba, y que al menos todavía, aunque sea su gran deseo, no tienen el maillot amarillo que ‘obliga’ a controlar la carrera. Lo bueno para ambos es que están muy por delante del resto, porque tienen a Carlos Rodríguez a más de cuatro minutos y medio.

“La etapa de hoy será muy dura, y luego viene la crono, y después Courchevel, y Le Markstein. Quedan cuatro días muy exigentes que puede ser decisivos, y va a ser una batalla muy cerrada… pero la encaro con confianza”, añadió Pogacar, acompañado de su pareja, la también ciclista Urska Zigart, que sufrió una dura caída este mes en el Giro de Italia y que estuvo junto a su pareja, que no se quitó la mascarilla, con un vendaje en la pierna. “Me sentí muy bien. Fue uno de esos días en los que Jumbo tenía en mente un ataque para romperme”, concluyó Tadej, que se saludó cordialmente con su gran rival en la meta de Morzine. Un Tour de Francia en diez segundos.