El calvario de Evenepoel: corrió el Tour con una costilla rota

La temporada de Remco Evenepoel ha sido una montaña rusa de emociones. El inicio fue el soñado, sobre todo, por el contexto en el que venía el belga, que había superado un duro invierno al recuperarse de las múltiples fracturas que le ocasionó el choque con una furgoneta de correos de su país mientras entrenaba. El del Soudal Quick-Step reapareció tarde, en abril, y besó el santo con un triunfo ante Wout van Aert en la Flecha Brabanzona. Mejor, imposible. Todo hacía presagiar que cuando estuviera en mejor forma podría alcanzar una nueva dimensión, un nuevo nivel en su rendimiento. Pero no fue así…

Tras un decepcionante paso por las Ardenas, Evenepoel llegó a su gran objetivo del año con la prioridad de reducir la brecha que en 2024 tuvo con Pogacar y Vingegaard en el Tour de Francia, pero después de conseguir la victoria en la contrarreloj de Caen, disciplina en la que apenas falla, todo se torció. Llegó la alta montaña, y con ella el chasco… Hautacam y la cronoescalada a Peyragudes tumbaron a Remco (aunque conservaba por poco el podio), que al día siguiente, camino de Superbagneres dijo ‘basta’.

Después de unos días de reflexión, Evenepoel quiso compartir con sus seguidores a través de sus redes sociales el trasfondo de todo su calvario, de todo su padecimiento. En un extenso comunicado, el belga arrojó luz a su situación: corrió el Tour con una fractura de costilla. “Lo que se suponía que sería el punto culminante de mi temporada terminó siendo una decepción. El Tour de Francia era mi gran objetivo. Después de mi caída en diciembre, todo lo que hice fue con un solo propósito: estar listo a tiempo para julio. Ese objetivo me dio enfoque, pero también generó mucha presión. Pensábamos que el tiempo de descanso durante la rehabilitación me había dado suficiente recuperación. Pero en realidad, mi cuerpo nunca tuvo una verdadera pausa. Seguía trabajando duro para sanar de las fracturas y el trauma de la caída. Mirando hacia atrás, no estaba sobreentrenado, pero sí definitivamente agotado. Ya estaba al límite antes de que el Tour comenzara. Y entonces, justo antes del Tour, ocurrió otra caída. En los campeonatos nacionales, me fracturé una costilla de nuevo. No fue lo peor, pero sin duda no era lo ideal. Así que me alineé para la carrera más dura del mundo con una costilla rota y un cuerpo cansado. No es la mejor combinación”, dice el belga.

Remco, que también atravesó algún problema de salud hasta su abandono, explicó que quiso continuar en carrera por toda la gente que le apoya: “La primera semana fue bien, considerando todo. Pero en la segunda semana, el precio de todos esos esfuerzos empezó a notarse. Me estaba aguantando, pero en el fondo sabía que no estaba en mi mejor nivel. Hasta que, finalmente, mi cuerpo dijo “basta”. Al día doce, me quebré. Todo lo que había estado cargando finalmente me alcanzó. Pero aun así, no quería rendirme. Luché tanto como pude. Para vosotros, mis fans, quería dar hasta la última gota de lo que tenía dentro. Pero dos días después, me sentí completamente vacío. Fue entonces cuando tomé la decisión de bajarme de la bicicleta y, para colmo, los primeros signos de una infección empezaron a aparecer. Lo que comenzó como una molestia vaga pronto se convirtió en una sinusitis aguda en los días siguientes. Me golpeó muy fuerte. Dejar el Tour fue la decisión más difícil que he tomado en mucho tiempo. Pero fue la correcta. Por una vez, realmente escuché a mi cuerpo".

Ahora la gran incógnita será ver el escenario en el que reaparece Evenepoel en competición. Su presencia en la próxima Clásica de San Sebastián (2 de agosto) parece descartada y a partir de ahí, con seguridad, solo figuran los Mundiales (21 y 28 de septiembre) y los Europeos (1 y 5 de octubre) en su programa de carreras. Un duro golpe del que toca reponerse. Como ha hecho siempre.

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