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TOUR DE FRANCIA

Siete vascos en el Tour con el sueño de ser profetas en su tierra

Landa, los hermanos Izagirre, Bilbao, Castroviejo, Fraile y Aranburu tratarán de anotarse una de las tres primeras etapas, que discurren por Euskadi.

Pello Bilbao, en Bilbao hoy
JESÚS RUBIO

El Tour 2023 arranca mañana en Bilbao. Se desplegará por Euskadi durante tres días. Por lo tanto, los corredores vascos van a pedalear por casa. Hay siete ciclistas que parten con esa motivación especial. Un grupo muy reducido (seis de ellos por encima de la treintena) que tratará de tomar el testigo de Omar Fraile, el último vasco que se ha anotado una etapa en la ronda francesa, en Mende el 21 de julio de 2018. No ha habido otro español que haya logrado un éxito semejante en estos cinco años. Los últimos vascos que han sobresalido en la carrera son Roberto Laiseka y Samuel Sánchez. Mikel Landa tratará de cumplir el sueño del podio, que en 2017 se le escurrió por solo un segundo en la crono de Marsella. Euskadi se queda lejos en esta ocasión de los números que firmó tras la irrupción de Euskaltel en el Tour de 200. Llegó a aportar 19 corredores en 2002: 8 con el equipo naranja, 5 con la Once, 3 con el iBanesto.com; Bingen Fernández en el Cofidis; Pedro Horrillo en el Mapei; e Iñigo Chaurreau en el Ag2r. Un año antes participaron 14 y en los siguientes desde los 17 de 2003 y 2006 a los 4 de 2022.

Mikel Landa

En 2017 estuvo cerca del tercero y en 2020 también fue cuarto. El de Murgia dice llegar bien a la Grande Boucle y aspira a colarse en la foto de las medallas. “Yo me veo bien. Llego en buenas condiciones. He tenido una primera parte del año muy exigente y llego con esa base. He hecho un buen trabajo hasta ahora y creo que llego muy bien. Estar en el podio de París sería muy grande, más si cabe en un Tour que sale desde casa. Sería un sueño, llevo tiempo persiguiéndolo y sería como cerrar un ciclo”, sostiene el líder del Bahrain. En la presentación de ayer junto al Guggenheim recibió el enorme cariño de sus paisanos. Sabe sujetar bien toda la presión que recae sobre sus espaldas.

Pello Bilbao

El trazado de la jornada inaugural se adapta a sus características de maravilla. El gernikarra ha preparado al milímetro la etapa. Es el escudero de Landa en el Bahrain, pero todos van a trabajar para él en la salida de Bilbao. Las llegadas son lo suyo y ha demostrado ser muy regular y sólido. No descarta nada, es ambicioso. “Hay corredores más fuertes en la carrera, pero ninguno de los favoritos tendrá la misma motivación que yo”, sostiene. “El equipo y yo creemos en nuestras opciones y las vamos a exprimir al máximo. Si hacemos una carrera sin errores y el resto nos da opciones, vamos a ver si podemos levantar los brazos en Bilbao”, agrega. El de Gernika admite que vestirse de amarillo ante sus paisanos es “un escenario que ni en los mejores sueños podría imaginar” y confesó que la reciente muerte de su compañero Gino Mader como consecuencia de una caída en la Vuelta a Suiza les lleva a “querer ganar más que nunca” y a tener “un punto especial de motivación”. “Bilbao sería el mejor escenario para ganar una carrera”, incidió el corredor quien no cree que haya “un ataque serio, con opciones de llegar”, antes de la ascensión a Pike Bidea, punto clave del recorrido situado a 10 kilómetros de la línea de meta.

Jonathan Castroviejo

La veteranía es un grado y más, en el caso de Castroviejo. Logró el Nacional de contrarreloj por sexta vez recientemente y es la mejor carta de presentación para la salida en San Mamés mañana. Su papel como gregario, ante el que muchas estrellas se ponen en sus manos, no excluye la ambición por ganar etapas. Es una pieza fundamental en el engranaje del Ineos. Sudará para Daniel Martínez, Carlos Rodríguez y Egan Bernal, pero si puede, pegará un zarpazo en las etapas de casa, porque le encantaría saborear la gloria en Euskadi. El primer día puede deparar una buena oportunidad. “Habrá batalla por la fuga, pero al haber tantos intereses la carrera va a ir muy atada. Se puede llegar con un buen ataque desde Pike. Si existe esa posibilidad y no hay armonía en el grupo trasero un corredor o un grupo pequeño podría llegar”, consideró. “La dureza del muro de Huy, por ejemplo, es bastante superior, pero Pike sí tiene la medida justa para que alguien pueda intentarlo después de una etapa de nervios y con bastante desnivel. Es una subida durísima y el descenso a Bilbao es muy pedaleable por carreteras anchas. No es muy técnico y un grupo puede perseguir con facilidad”, añadió.

Omar Fraile

El titán de Santurtzi es uno de los más queridoe en Euskadi. El triunfo en la Vuelta a Andalucía le pone en la pista de intentar tomarse el relevo a sí mismo, en una especie de vuelta al pasado, ya que en su año de debut en el Tour, en 2018, dio el gran golpe al anudarse una etapa en la Grande Boucle. Es muy competitivo y tiene un olfato especial para cazar etapas. así que tratará de cantar bingo una vez más. “Ojalá reviva aquella sensación, sería realmente bonito volver a levantar los brazos, lo hice una vez y soñar con una segunda sería increíble”. Expone que su papel principal será echar una mano a los jefes de filas, pero se encuentra bien “y hay etapas para fugas en las que podeos descolgarnos bien y ojalá lleguemos a meta”.

Ion Izagirre

Ion corre el Tour en casa con el orgullo de su conquista en Morzine, donde venció bajo el aguacero en 2016. Ha vencido en las tres grandes, pero hacerlo en su tierra sería lo máximo. Se ha puesto en forma en la Vuelta a Suiza y completó una gran Itzulia, donde solo cedió ate Vingegaard y Landa. En el presente curso celebró la victoria en el GP Miguel Indurain tras mostrar lo mejor de su repertorio. Seguro que intenta enredar, es sólido y resistente. “Solo pensar en algo grande aquí se me ponen los pelos de punta. Si me llevo la primera etapa y me pongo líder, prometo tirarme a la Ría”, se carcajea. Pero se lanzará al Nervión solo en ese caso “si me llevo algo en los Alpes no, que no voy a venir desde tan lejos”. De todos modos, no esconde que ese reto entraña enorme dificultad y que el ciclismo vasco está algo estancado: “El perfil de los que estamos no es de ganadores, de esprinters, rematadores... la mayoría estamos para ayudar a los líderes y eso repercute en resultados personales”. Y a nivel español ocurre lo mismo. Cita a Ayuso y Carlos Rodríguez, que pueden ser el futuro, “no hay que tener prisa”. Estos días están siendo muy especiales: “Que te animen tanto pone los pelos de punta. Cada vez venimos con más ganas y aún aumentan con esta salida en casa, la motivación está a tope. Pello (Bilbao), Alex (Aranburu) y yo somos candidatos en la etapa de Bilbao. Será rápida y nerviosa”, finaliza.

Gorka Izagirre

Gorka, el mayor de los hermanos Izagirre, es el escudero de Enric Mas, el gran líder del Movistar. A sus 35 años, pocos conocen mejor el oficio de ciclista que él. Tiene muy claro lo que procede en cada instante. La ausencia de Imanol Erviti le dota añun de más galones. Afronta su 18ª grande, su décimo Tour. Es una roca, muy exigente consigo mismo. “Correr en Euskadi es una motivación especial para todos nosotros, un orgullo tremendo”, resuelve.

Alex Aranburu

El corredor nacido en la localidad guipuzcoana de Ezkio sabe que no es el líder de Movistar, todos comprenden que ese honor recae en Mas, pero ha preparado a conciencia el Tour y anhela una etapa,, a ser posible una de las tres primeras. La de mañana que abre la carrera es ideal para él. Es un reto mayúsculo pelear ante Vingegaard, Pogacar, Van Aert, Van der Poel o Alaphilippe. “Hay muchos candidatos en el primer día, incluso los favoritos de la general estarán disputando la etapa”, resume, asumiendo su candidatura para esa llegada en la avenida de Zumalakarregi.