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CICLISMO

Sean Kelly: “Pogacar o Vingegaard pueden ponerse de amarillo el primer día”

El Tour de Francia está a la vuelta de la esquina y la Fundación Vital ha conseguido traer a Sean Kelly para una mesa redonda en Vitoria.

Vitoria
Sean Kelly en Vitoria
Sean Kelly en Vitoria

Sean Kelly (Waterford, Irlanda, 67 años) ha vuelto a Vitoria. El Rey de las Clásicas ha vuelto a la capital alavesa. Después de correr para el Skil y antes de recalar en el PDM, defendió el maillot del KAS entre los años 1986 y 1988. Ganó cuatro monumentos: París-Roubaix, Lieja-Bastoña-Lieja, Milán-San Remo y el Giro de Lombardía. Además, consiguió cinco etapas en el Tour y 16 en la Vuelta a España. Fue también vencedor en Clásicas menores y en Vueltas de menos de tres semanas.

-¿Cómo así por Vitoria? Se siente a gusto aquí, ¿verdad?

-Sí. Es muy importante para mí porque los mejores años de mi carrera profesional los tuve estando aquí. El País Vasco será siempre muy especial para mí.

-Además este año el Tour sale de Bilbao y recorrerá las carreteras de las tres provincias vascas.

-Es maravilloso, será una de las más especiales de la historia de la carrera. Yo trabajo de comentarista en Eurosport y me tocará estar en los estudios de Londres. Es una pena y no podré venir aquí.

-Queda sólo una semana y todo parece organizado. ¿Algo que pueda inquietar a los responsables?

-Esperemos que no nos falle el tiempo, ya sabemos cómo se las gasta por aquí. Habrá que poner velas.

-Usted perteneció a uno de los mejores equipos del mundo. ¿Buenos recuerdos?

-Lo del KAS fue estupendo. Éramos el mejor equipo y una familia. Nos conocíamos todos los corredores, la gente cercana, los patrones. Mis recuerdos son muy grandes.

-¿Cuál era el secreto?

-Los dueños de la marca amaban el ciclismo. Yo llegué y me di cuenta de que la gente le tenía mucho cariño al KAS. Me impresionó la familia Knörr. Luis era el principal impulsor. No sólo buscaban una inversión publicitaria. Tenían cariño al proyecto y se implicaban de verdad porque eran entusiastas del ciclismo.

-Han pasado muchos años y no había vuelto apenas por aquí, ¿verdad?

-Hacía tiempo que no había venido a Vitoria pero ahora me he vuelto a encontrar con muchos amigos de entonces. Suelo tener bastantes peticiones para participar en muchos eventos pero esta no podía rechazarla. Cuando corría en el País Vasco, yo pensaba, ¿la gente no trabaja aquí o qué? Todas las carreteras estaban llenas.

-En la charla de la tarde estará con Galdos, Nazábal o miembros de la familia Knörr. Menudas sensaciones, ¿no?

-Estoy muy ilusionado de encontrarme con mis viejos amigos de ciclismo. Los compañeros, los directores y mucha gente que me trató de maravilla.

-¿Qué le parece la Grand Départ del País Vasco? La carrera francesa arranca en Bilbao el próximo 1 de julio.

-Ayer vi los últimos 20 kms de la primera etapa y pienso que serán muy complicados. Vingegaard y Pogaçar podrían vestirse de amarillo ya en el primera etapa. Gente como Van del Poel, por ejemplo, se quedará seguramente en los últimos kilómetros y no podrá disputarla.

-Usted era un clasicómano. ¿Algún recuerdo de aquellos días tan duros?

-La Paris-Roubaix será siempre muy especial. Solía enlazar Flandes con País Vasco y luego viajaba a Francia. Vencer en Euskadi era siempre importante porque el patrocinador era de aquí. La Roubaix la gané dos veces, con mal tiempo. Era épico. La dos fueron muy importantes en mi currículo personal porque, además, salía como favorito siempre y eso lo hacía más complicado. Teníamos un calendario muy comprimido.

-¿Tiene buenos sensaciones cuando se acuerda de sus compañeros de equipo?

-Siempre fueron muy importantes para mí, me ayudaron mucho, me sentía muy arropado. Tras ganar la París-Niza o la Vuelta a Suiza hubo gente que pensó que podría luchar por el podio en el Tour. Sabíamos que el objetivo no era la General pero me apoyaban para ganar etapas u otras clasificaciones.

-¿Qué corredores le llaman la atención especialmente ahora?

-Van der Poel, Van Aert, Pidcock, por ejemplo, son muy buenos. Me gusta mucho el primero porque corrí con su padre y eso le hace algo especial para mí. Lo que no me gustaría es ser su director porque tiene pinta de improvisar mucho. Luego también Pogaçar que, repito, puede ponerse junto a Vingegaard ya de amarillo en Bilbao. Es un ciclista excepcional, se muestra muy superior en carreras en las que incluso no sale como favorito o no le favorecen a priori.

-Y, ¿quién se parece a Sean Kelly? En el pelotón de ahora, digo.

-Es muy complicado pero, quizás, Van den Aert es una buena elección. Controla varios registros, etapas en grandes vueltas, clásicas y campeonatos oficiales. Se defiende en todos los terrenos y tiene mucho talento. Es complicado compararme con los ciclistas actuales. Hace unos años, cuando estaba arriba, quizás también Peter Sagan.

-¿Es tan diferente el ciclismo actual al de su época?

-Ha cambiado mucho. Ahora veo a muchos especialistas y es complicado ser el número uno en todo, en montaña, cronos, sprints, etapas llanas y en grandes vueltas. Eso ya no es como antes.

-Usted se quedó a una victoria de conseguir los Cinco Monumentos. ¿Ve a algún candidato a conseguirlo ahora?

-Quizás Van der Poel. Sí, me parece una buena apuesta. También Van Aert. Lo que ocurre es que ganar un Giro de Lombardía o una Lieja es muy complicado para ellos porque sus rivales son más ligeros. Lo podría conseguir también Pogaçar, que le falta la París-Roubaix, pero tendría que ir con diez kilos de más.

-Sean Kelly, ¿podría ganar un Tour como el de 2023?

-Creo que podría vencer en algunas etapas pero el Tour, no. Definitivamente. Se me hacían muy largas las carreras de tres semanas y cuando llegaba la montaña, a veces tenía algún día en el que no respondía bien. Si había tres jornadas seguidas de alta montaña, al final me venía abajo. Me pasaba antes y me pasaría ahora.

-¿Es verdad que cada vez que había agua Kelly ganaba?

-Vengo de un país muy lluvioso, es normal. Pero tampoco es que estuviera en el hotel deseando que cayera siempre agua para poder ganar. Sí es verdad que me defendía bien con esas condiciones pero también con otras.

-En España se habla de la grandes Vueltas y poco o muy poco de las Clásicas. ¿Le sorprende eso?

-Eso también está cambiando. Por ejemplo, los corredores españoles tienen cada vez más presencia en las Clásicas y en las Semiclásicas. Sólo hay que ver lo que ha hecho este año Oier Lazkano, de Movistar, que además es de Vitoria, de aquí.