Pulso Van der Poel-Van Aert en un Infierno sin Pogacar
El neerlandés y el belga parten como favoritos en la 120ª edición de París-Roubaix, donde no estará el esloveno tras su triunfo en Flandes. Pedersen, la alternativa.
Con el permiso de un ausente Tadej Pogacar, que tendrá tiempo en el futuro de pensar en este desafío, dos de los tres tenores del ciclismo tocarán su sinfonía este domingo (10:30, Eurosport 1; 13:45, TDP) en el temido ‘Infierno del Norte’, la París-Roubaix. La 120ª edición de la carrera francesa, tercer monumento de la temporada, se presenta con reparto de favoritismo entre Mathieu van der Poel y Wout van Aert, aunque cada uno con sus particulares circunstancias. El neerlandés es un seguro de vida en las grandes citas, donde acostumbra a dar su mejor versión. Se crece. El belga suele correr a la contra, agazapado, sin tomar la iniciativa. Se achanta.
Esa ha sido la tónica de lo que llevamos de clásicas, con un Van der Poel imperial en Milán-San Remo y Tour de Flandes, donde sólo un extraterrestre Pogacar pudo con él, mientras que Van Aert alzó los brazos en la E3 Saxo Classic fiel a su estilo: saber sufrir en las subidas para rematar al esprint. En París-Roubaix, el del Jumbo no tendrá que hacer frente a muros adoquinados, todo será llano, pero sí a 256 km con 29 sectores de pavés (54,5 km en total) en los que nunca han triunfado ni él ni su archirrival. Sí saben lo que es subir al podio: Mathieu lo hizo en 2021 (3º) y Wout, en 2022 (2º). En cuanto a estado de forma, además del plano anímico, también el del Alpecin parece partir con ventaja a tenor de las últimas declaraciones de Van Aert en Sporza, donde auguró poca confianza de cara a la carrera: “No estoy limitado, pero no me siento muy bien. Es una lástima. Espero estar listo para correr, pero tengo problemas en la rodilla y las costillas. Me caí más fuerte (en Flandes) de lo que pensé al principio”.
Habrá que ver si Van Aert es capaz de sobreponerse a esos problemas a lo largo de un trazado que este año presenta pequeñas variaciones respecto a los de ediciones pasadas. En concreto, los veremos en la antesala de la Trouée d’Arenberg, con el regreso de un sector Haspres (km 139,6) que estaba ausente desde la primavera de 2004. Desde allí arrancará la dureza hasta llegar al culmen con los clásicos tramos de ‘cinco estrellas’: el Trouée d’Arenberg (km 161,3), Mons-en-Pévèle (km 208) y el Carrefour de l’Arbre (239,5 km). Los corredores se dejaron ver por los mismos en los últimos días, como parte de reconocimiento que todos ellos hacen en los días previos, con especial atención a un Mons-en-Pévèle embarrado que obligó a los operarios a arduas tareas de limpieza y reacondicionamiento. La probabilidad de lluvia para el domingo es baja (alrededor del 30%), pero si ésta aparece será un elemento, como en otras ocasiones, que revolucionará la carrera.
Hay vida más allá de las ‘bestias’
Y lo bueno, a pesar del espectáculo que garantizan siempre, es que la cosa no acaba en Van der Poel y Van Aert. Entre los que tienen muchas papeletas compradas para unirse a la fiesta figura Mads Pedersen, una alternativa real a la tiranía que presenta el dúo estelar. El danés, campeón del mundo en 2019 que en el próximo Giro de Italia aspira a completar su colección de victorias en las tres grandes vueltas, todavía no sabe lo que es conquistar un monumento, pero su punta de velocidad, valentía y reciente actuación en el Tour de Flandes (3º) le sitúan muy arriba en las apuestas.
La lista de candidatos la completan el defensor del título, un Dylan van Baarle que puede asumir el liderazgo del Jumbo si su jefe de filas no tiene el día, y un Filippo Ganna que viene de brillar en Milán-San Remo (2º) y que sabe lo que es ganar esta carrera en categoría sub-23. La caída que le obligó a abandonar en Gante-Wevelgem hace dos semanas debería estar olvidada, como tampoco podemos descartar de la batalla a hombres como Stefan Küng, Kasper Asgreen, Matej Mohoric, Arnaud de Lie, Matteo Trentin o Mikkel Bjerg. En clave española, Iván García Cortina y Oier Lazkano, que firmaron actuaciones brillantes en E3 (5º) y A Través de Flandes (2º), respectivamente, se han ganado el derecho a soñar. Que tiemblen las piedras...