Póker de Pogacar con Landa y Bernal en el podio final de la Volta

La Volta a Catalunya 2024 será recordada durante mucho tiempo por el dominio de Tadej Pogacar. Considerada una de las siete grandes vueltas de una semana (junto a la Volta son París-Niza, Tirreno-Adriático, Itzulia, Romandía, Dauphiné y Suiza), la actuación del esloveno en tierras catalanas fue de tal superioridad que cuesta recordar en tiempos recientes algo así en una prueba World Tour. Cuatro victorias de etapa y todos los maillots a los que optaba, en su botín: la general, montaña, puntos... no dejó nada, casi ni los esprints, porque en Barcelona, en una llegada con hombres rápidos, el esloveno también se impuso este domingo para cerrar su semana fantástica.

Después de ganar, con su habitual sonrisa, dijo que el equipo apostaba hoy por Marc Soler, luego Joao Almeida atacó, pero ninguno tuvo éxito. Es decir, no le quedó más remedio que volver a ganar. Bendita rutina. Por eso, ahora tiene mucho más prestigio la victoria de Nick Schultz en la jornada inaugural de Sant Feliu de Guixols el pasado lunes, capaz de resistir a Pogacar por escasos centímetros. Después, las tres etapas de montaña fueron para el esloveno (Vallter 2000, Port Ainé y Queralt). La duda no era si Tadej iba a ganar, la cuestión era en qué momento haría el ataque victorioso. En todas triunfó en solitario (salvo en la volata a los pies de Montjuïc), inalcanzable, y terminó en la clasificación general con unas diferencias más propia de una gran vuelta (por su duración) que de una carrera de tres semanas.

Tradicionalmente, la Volta es una carrera que se decide por poco, por un suspiro, como los seis segundos del año pasado de Roglic sobre Evenepoel. Es más, en el presente siglo, solo dos ediciones terminaron con más de un minuto de diferencia entre el primero y el segundo. Una fue en 2012, con la victoria de Albasini sobre Samuel Sánchez (1:30), y la otra en 2017, con la conquista de Valverde sobre Contador (1:03). En este 2024, Pogacar termina con una ventaja de ¡3:41! sobre el segundo, un gran Mikel Landa, que a sus 34 años vuelve a dar su mejor versión en la campaña de estreno con el Soudal. El podio lo cierra otro corredor renacido, un Egan Bernal que vuelve a demostrar destellos de aquel que ganó el Tour (en 2019) y el Giro (2021). Pero claro, Pogacar está en otra liga actualmente respecto a estos corredores.

La ventaja de Pogacar es la mayor renta en la Volta desde 1983, cuando José Recio triunfó por delante de Faustino Rupérez por 4:26. Nombres de otros tiempos muy lejanos. En la jornada final con inicio y final en Barcelona, en la que la lluvia finalmente respetó (a diferencia de la apertura de La Vuelta 2023), de salida se formó una escapada de cinco corredores con Wood, Okamika, Andersen, Janssens y Steinhauser. Este último fue el que más lejos llegó, neutralizado ya en el circuito final, al que dieron seis vueltas con las constantes y exigentes ascensiones a Montjuïc. Marc Soler, como estaba previsto, lo probó, pero no pudo hacer camino. Ahí ya no estaba Nairo Quintana, que a la entrada a al Ciudad Condal sufrió una caída que le obligó a abandonar.

Una vez atrapada la fuga, se sucedieron los intentos, y es que el grupo era más numeroso en la última vuelta al circuito respecto a los últimos años. Stephen Williams trató de poner en apuros a Tadej en la penúltima ascensión, pero el esloveno llegó. Grupo junto y posterior ataque de Joao Almeida, al que trató de seguir Enric Mas sin éxito. Pogacar se llevaba la mano a la radio dando gritos de ánimo a su compañero, pero el portugués no pudo rematar. Entonces, descenso cerca de la Plaza de España y esprint lanzado, con hombres rápidos para volatas... y él, un Tadej Pogacar que gana de todas las formas, además con mucha superioridad.

Levantó los cuatro dedos de su mano derecha (por las victorias, que son cinco con la general) y cierra una semana de ensueño. En el podio fue homenajeado Alejandro Valverde, ganador de la Volta en 2009, 2017 y 2018. Es el último español que la ganó. Para Pogacar, ahora parón hasta el 21 de abril, cuando competirá en la Lieja-Bastoña-Lieja y después al Giro. El deseado y esperado duelo contra Vingegaard no llegará hasta el Tour de Francia. Cada uno, por caminos separados, sigue ganando todo lo que corre.

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